SILOE

Son abundantes las huellas artísticas que los Siloé, Gil y su hijo Diego, han dejado para la posteridad como muestra de su sublime maestría.El padre, Gil de Siloé, puede considerarse uno de los últimos exponentes de la escultura gótica que alcanzó en sus manos elevadas cotas como se puede percibir en el conjunto sepulcral del rey castellano Juan II y su regia esposa, Doña Isabel de Portugal, dentro de la burgalesa Cartuja de Miraflores.Por su parte, su hijo Diego de Siloé diversificó su producción artística y al moldeado escultórico paternal añadió una magistral concepción de la nueva arquitectura renacentista.Como jalón inolvidable de su feracidad queda esa joya escultórico-pictórico-arquitectónica de la capilla del Salvador de Úbeda, obra única e indispensable del Renacimiento español.

Se especula con el supuesto origen de la saga familiar y se menciona con frecuencia su ascendencia flamenca.Aunque indudablemente su apellido destila resonancias hebraicas que parecen indicar su vinculación judía.Porque Siloé pasa por ser una adaptación castellana del hebreo Shiloam o Siloam, del que se conservan testimonios bíblicos que incluso atañen a Jesús de Nazareth.A poco que hayamos sido adoctrinados convenientemente, más de uno recordará el episodio narrado por los evangelistas en el que, por intermedio de Jesús y sus prodigiosos poderes curativos, un ciego de nacimiento recobró un sentido que nunca poseyó despues de lavar sus tumefactos ojos con el agua milagrosa de la piscina de Siloé.

Parece confirmada la existencia de tal piscina de Siloé, se supone que efectuaba las funciones de baño ritual, miqveh, despues de los hallazgos de los arqueólogos Ronny Reich y Eli Shukron en 2004.Respecto a su construcción, parece que fue Ezequías, en 701 a.C., quién, para sortear un probable cerco asirio de Jerusalén y asegurar el suministro de agua dulce, decidió emprender la colosal tarea de tallar a pico y cincel un túnel en la roca viva para conducir el agua que manaba de la fuente de Gihon hasta la piscina de Siloé.
En 1880 se encontró una inscripción antiquísima en la que se dejaba constancia de la finalización de los trabajos en el túnel, hoy en en Museo arqueológico de Estambul.En ella se describe como dos equipos de excavadores consiguieron terminar esta prodigiosa obra hidráulica de 533 metros de longitud, literalmente hacha contra hacha.Y ahora mismo, sin presiones sitiadoras ni amenazas similares, se puede admirar y recorrer dicha canalización que en algunos tramos llega a alcanzar una profundidad de hasta un metro de agua.Dicen que la necesidad aguza el ingenio.Los descendientes de Judá siempre destacaron por su ingenio.

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