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domingo, febrero 03, 2008

DAVID

Hubo un tiempo, siglo X a.C, en que los que se autodenominaban como pueblo elegido de Dios, hebreos o judíos, se batían denodadamente contra sus vecinos tratando de conservar aquella tierra prometida por Yahvé a Moisés en lo alto del Sinaí.Desde sus posiciones en el sudoeste de Palestina, los filisteos suponían una constante amenaza para la independencia de los israelitas y eran frecuentes las confrontaciones entre ambos pueblos.A la belicosidad y la poderosa organización militar de los filisteos oponían los hebreos su arrojo e inteligencia para compensar su teórica inferioridad física.

Todos conocemos el episodio bíblico que narra el combate entre David y Goliath.De un lado un animoso pastor israelí, enjuto, de corta estatura, fiereza inusual en la mirada, fiado en su destreza en el manejo de su honda, de otro un gigantón de casi tres metros de envergadura, erizado de hierro, armado de letales dardos y proyectiles, desafiante ante la impotencia manifiesta de sus aterrorizados enemigos.La Biblia, libro de Samuel, a través de su lenguaje poético lleno de simbolismo refiere el inesperado triunfo del intrépido jovenzuelo hebreo, personificación de la supremacía de la inteligencia sobre la fuerza bruta.

Cabe acoger con cierta prudencia y alguna que otra suspicacia todo lo que se deriva de la lectura del libro sagrado de los tres principales religiones monoteístas del mundo.No se puede asegurar con certeza absoluta que un hercúleo filisteo de nombre Goliath fuese abatido por un escuálido pastorcillo israelita que más adelante se convertiría en el más glorioso monarca de Israel.No obstante, en 2005 se encontró en unas excavaciones arqueológicas en Tell es-Safi, sudoeste de Israel, supuestamente en el emplazamiento de la primitiva urbe filistea de Gath de donde se dice era originario el gigantón, un pedazo de material cerámico con una inscripción en idioma protocananeo, contemporánea de la época en la que se describen los hechos, en la que figuran dos nombres etimológicamente similares a Goliath.Quizás la derrota de Goliath a manos de David es una imagen metafórica de la sumisión final de las ciudades filisteas al dominio israelita.Eso sí que es un hecho documentado y realista.

David, el amado en lengua aramea, es una de las figuras inspiradoras del pueblo judío en su lucha por su espacio vital, una tierra en litigio durante milenios que hoy se sigue regando con la sangre de víctimas inocentes, tal y como ha sucedido desde que los israelitas se establecieron en la Canaán soñada.Fue precisamente David quién emplazó su capital en la que hoy es la ciudad sagrada para las tres religiones, la Jerusalén celeste, aunque para ello debió desalojar a sus pobladores jebuseos.David, en tu nombre Jerusalén se erigió como centro del Universo.¿Son tantos los amados?.

Saludos.

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2 Comments:

Blogger Désirée said...

Primavera en enero???

9:50 a. m., febrero 04, 2008  
Blogger Galufante said...

Demo:

Leche, si has estado por Murcia ya lo habrás comprobado...han florecido hasta tus jambas...

Agur.

7:50 p. m., febrero 04, 2008  

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