Solemos afirmar con demasiada vehemencia en ocasiones que no carecemos de sentido del
humor, entendido como capacidad para captar, entender y asimilar cualquier ocurrencia destinada a provocar la sonrisa ajena, cuando no la carcajada, a través de la ironía, el sarcasmo, la burla o simplemente el ingenio u otros medios.La realidad indica que hasta para algo tan agradable para el espíritu como es el humor existe una medida que no se debe sobrepasar, so pena de transmutar el humor en ira o algo peor.Utópico como me defino, desearía la infinitud para calibrar la medida del sentido del humor.
La risa es la mejor medicina para los males del cuerpo y del alma y no existe mejor recompensa para alguien que deleitarse con la sonrisa del prójimo porque con la sonrisa se aflojan las tensiones, se embellece la expresión facial, se ponen en movimiento tropecientos músculos inactivos habitualmente, se favorece el fortalecimiento de las relaciones interpersonales y otros muchos beneficios que se derivan de un acto tan sencillo como lo es dibujar un arco con los labios.
Una ocupación tan digna y tan honrosa como cualquier otra es la profesión de humorista profesional, dedicado en cuerpo y alma a la saludable tarea de hacer brotar la risa ajena de manera espontánea.Y buceando en el panorama humorístico nacional se puede encontrar toda una pléyade de excelentes profesionales que ponen una nota de calidad en la interpretación del sentido del humor tal y como lo entendemos los españoles.Aunque, refrenando la pasión inicial, es de ley reconocer que como en botica, hay de todo.
Parece que existen dos familias bien diferenciadas entre todo el elenco de humoristas que pueblan el solar patrio, una aboga por una forma de hacer humor donde prima el ingenio, la imaginación y la creatividad integral mientras que la gran mayoría se decanta por una mera emulación de modelos audiovisuales adobados de una carga sarcástica muy al gusto de la audiencia hispana.Catalogaría dentro de la primera vertiente a intérpretes como
Miguel Gila, unánimemente proclamado por sus colegas de profesión como el maestro del humor, al dúo
Tip y Coll con su acendrado surrealismo y a la pareja formada por
Faemino y Cansado con una original puesta en escena acompañada por unas fenomenales peroratas que destacan por su fino ingenio.
Dentro de la postera corriente se sitúan la mayor parte de los humoristas hispanos, dada la relativa facilidad que brinda la reproducción irónica de personajes por todos conocidos.
Cruz y Raya se han convertido en el estandarte de la cadena estatal con sus histriónicas reinterpretaciones de personajes reales y la creación de otros de nuevo cuño que han cautivado a la audiencia a través de una recargada gestualidad y una jerga dialectal específica que son señas identitarias asimismo de los sevillanos
Morancos de Triana.Pioneros fueron en su tiempo
Martes y trece, otrora en la cresta de la ola con sketches tan conocidos como áquel histórico de Encanna y las empanadillas de Móstoles.
José Corbacho y su troupe de Homo Zapping nos regalan elaboradas sátiras basadas en la crónica social.
No me quiero olvidar de todos aquellos humoristas que, sin estar encuadrados dentro de los dos grandes grupos principales, ofrecen una muestra de su capacidad satírica mediante el socorrido recurso al chiste, del cual han hecho un arte.Entre los cuentachistes se hallan humoristas de la talla de
Goyito, Arévalo, Pepe Carroll, Jordi L.P., Paz Padilla y tantos otros que me dejo en el tintero.No puedo dejar de mencionar a uno de los más gloriosos cuentaschistes que ha dado este país tan feraz en esta faceta como es el eléctrico
Chiquito de la Calzada.Mediante una barroca escenografía expresiva y un gracejo malagueño natural abundante en numerosas expresiones sintácticas que se han convertido en coletillas de uso corriente, este cantaor metido a humorista ha provocado tamaños torrentes de carcajadas que ni siquiera un dueto formado por
Ansar of Spain-ZP podría jamás igualar.Fistro no hay más que uno.Y nació el día de los dolores.A petecan.
Ustedes, esas privilegiadas que tienen a bien leerme y comentarme, ¿carecen de sentido o lo poseen en abundancia?.
Saludos.
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