MINUÉ
La reina de las danzas, a la vez que la danza de las reinas, se convirtió por obra y gracia de Jean-Baptiste Lully en la escenificación coreográfica por excelencia de la corte francesa, desde la cual se extendió a prácticamente todas las monarquías y élites aristocráticas europeas que adquirieron este elegante y altanero baile cortesano como modelo de distinción y tronío.
El minué es una compleja danza compuesta por 4 movimientos bajo un compás ternario que requiere un amplio espacio para poder ejecutar las diversas piruetas, vueltas, pasos y figuras que integran este artificioso y teatral baile.Básicamente, su finalidad perseguía resaltar la magnificencia, la suntuosidad y la nobleza de las instituciones y las más altas instancias de la realeza y nobleza europeas.Por eso el minué adopta formas excesivamente rígidas, movimientos mecánicos, mínima flexibilidad, poses ceremoniosas para exaltar el boato y la clase que se desprende de los bailarines ejecutores de la danza.
La exultante corte del Rey Sol, Luis XIV de Francia, hizo del minué su baile de cámara.Podemos imaginar ese rutilante salón de los Espejos del palacio de Versalles profusamente engalanado para la ocasión, con todas la arañas y lámparas encendidas, su marmóreo suelo especular y dos filas de bailarines, ellos aderezados con su inseparable peluca, su chaqué entallado y sus medias blancas y ellas luciendo preciosas gemas, cuidado y luminoso maquillaje, vestidos engarzados en pedrería fina que tapan por completo su femenina anatomía y la hierática sonrisa en los rostros de ambos, adoptando la posición de arranque para lanzarse al vaivén reposado de un compás repetitivo y teatral como pocos.Pocos afortunados tuvieron la gozosa oportunidad de contemplar semejante espectáculo.Y ninguno ha sobrevivido para contarlo.Con todo, el artificio y la teatralidad no conocen su fecha de caducidad.Ni falta que hace.¿Bailamos un minué?.
Saludos.
El minué es una compleja danza compuesta por 4 movimientos bajo un compás ternario que requiere un amplio espacio para poder ejecutar las diversas piruetas, vueltas, pasos y figuras que integran este artificioso y teatral baile.Básicamente, su finalidad perseguía resaltar la magnificencia, la suntuosidad y la nobleza de las instituciones y las más altas instancias de la realeza y nobleza europeas.Por eso el minué adopta formas excesivamente rígidas, movimientos mecánicos, mínima flexibilidad, poses ceremoniosas para exaltar el boato y la clase que se desprende de los bailarines ejecutores de la danza.
La exultante corte del Rey Sol, Luis XIV de Francia, hizo del minué su baile de cámara.Podemos imaginar ese rutilante salón de los Espejos del palacio de Versalles profusamente engalanado para la ocasión, con todas la arañas y lámparas encendidas, su marmóreo suelo especular y dos filas de bailarines, ellos aderezados con su inseparable peluca, su chaqué entallado y sus medias blancas y ellas luciendo preciosas gemas, cuidado y luminoso maquillaje, vestidos engarzados en pedrería fina que tapan por completo su femenina anatomía y la hierática sonrisa en los rostros de ambos, adoptando la posición de arranque para lanzarse al vaivén reposado de un compás repetitivo y teatral como pocos.Pocos afortunados tuvieron la gozosa oportunidad de contemplar semejante espectáculo.Y ninguno ha sobrevivido para contarlo.Con todo, el artificio y la teatralidad no conocen su fecha de caducidad.Ni falta que hace.¿Bailamos un minué?.
Saludos.
2 Comments:
Venga!
Pero luego ya, un agarrao, que da más juego.
Un beso
Anita:
A pesar de que odio los pasodobles, podría hacer una excepción contigo...
Besos.
Agur.
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