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viernes, octubre 06, 2006

VAINILLA

Cuando degustamos unas sabrosas natillas o un no menos delicioso flan, cuando paladeamos con fruición un refrescante helado o cuando mordisqueamos glotonamente unas galletas rellenas, existe un denominador común a todos ellos como lo es el delicado sabor a vainilla que se desprende de su deglución.Seguramente, muy pocos conocen el origen de ese extracto aromático que hace las delicias de legiones de golosos del mundo entero.

Parece que la vainilla es originaria de México, de donde fue traída al Viejo Mundo por los conquistadores españoles.Se trata de una orquídea salvaje que crece parasitando otros árboles del dosel tropical y que produce unos frutos en forma de vainas, de ahí su nombre, cuya particularidad reside en que carecen totalmente de cualquier aroma hasta que se secan y se curan para obtener la preciada especia.

La explotación comercial de la vainilla fue posible gracias a un sorprendente descubrimiento realizado por un joven esclavo de 12 años nativo de la isla índica de Reunión en el año 1841.Sin insectos polinizadores capaces de maniobrar con las fragantes flores de la vainilla, este preclaro muchacho cayó en la cuenta de que era necesaria la mano del hombre para facilitar el trasvase del polen hacia el pistilo de cada flor y posibilitar de ese modo la fecundación y posterior fructificación.

Las flores de la vainilla, pues, deben ser manipuladas una por una por lo cual su producción es relativamente reducida comparada con la posible demanda.Y los precios que se pagan en los mercados de especias son, lógicamente, desorbitantes.Este hecho provoca la aparición de sucedáneos químicos que imitan fielmente el sabor de la vainilla.Aunque ni remotamente pueden compararse al penetrante aroma de la verdadera vainilla.¿Gustais unas natillas?.

Saludos.

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