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domingo, octubre 01, 2006

SAGUARO

Un solitario vaquero montado en su inseparable caballo deambula entre polvorientos eriales y resecos lechos fluviales, el sombrero calado hasta las cejas para protegerse del tórrido sol, la mirada perdida en el horizonte buscando la sombra protectora de algún aislado arbusto o, quizás, aguardando su cita con el destino en algún retirado rancho al borde del desierto.A pesar de su aparente desdén o desinterés por unos gigantescos cactus que semejan caprichosas figuras como candelabros erizados de finísimas cutículas afiladas, el saguaro es un habitante esencialmente ligado al árido ecosistema de los desiertos de Norteamérica, sobre todo los de Sonora y Arizona.

Este organismo vegetal altamente especializado y adaptado a la supervivencia en un ambiente tan hóstil, con dramáticas oscilaciones térmicas y prácticamente nulas precipitaciones, llega a alcanzar hasta 15 metros de altura y 10 toneladas de peso, de las cuales el 80 % en forma de agua acumulada en sus turgentes brazos, y goza de una longevidad digna del mejor Matusalén, pudiendo vivir hasta 200 años.

Las semillas de saguaro aportan sabrosos nutrientes a multitud de especies que se alimentan de ellas, mientras que los pobladores humanos del desierto se valen de las semillas y frutos del saguaro para elaborar mermeladas, jarabes incluso pan.Sus tallos elevados constituyen inmejorables atalayas de observación para aves e incluso se convierten en habitáculo para los pájaros carpinteros.

Su imagen ha sido popularizada a través de numerosos westerns, aunque, probablemente, ninguno de nosotros haya tenido la oportunidad de comprobar de manera directa su hercúleo talle.Supongo que, como con casi todas las cosas de este mundo, una imagen vale más que mil palabras.Claro que existe una diferencia apreciable entre un fotograma o fotografía y una imagen captada por nuestra retina directamente de la fuente de información.Es la diferencia irreconciliable entre la apariencia del ser y el propio ser.Disculpad esta licencia pseudo-metafísica que no pasa de ser una descocada reflexión mañanera.

Saludos.

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4 Comments:

Blogger Peggy said...

Se te disculpa la licencia , um mermelada ...a que sabra .:) kiss

11:31 a. m., octubre 02, 2006  
Blogger Galufante said...

Peg:

Sabría que serías magnánima...

Pues no te puedo decir al respecto, pero seguro que lleva azúcar...

Agur.

7:26 p. m., octubre 02, 2006  
Blogger Ana said...

A mí me parecen bien tus desvaríos metafísicos, pero que los llames descocados...hablando de un cactus... se me hace curioso, como poco.
En fin...como es la hora, me apunto a un café con una tostada untada en mermelada, va, venga.
Un beso

9:32 a. m., octubre 04, 2006  
Blogger Galufante said...

Anita:

Es que cuando me encuentro sumido en ese estado próximo a la transfiguración, a saber que demonios es eso, siento como si mi cabeza se separase del resto de mi cuerpo...de ahí el descoco...

Besos melosos.

Agur.

3:27 p. m., octubre 04, 2006  

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