LA MISIÓN

Último tercio del siglo XVIII, las potencias ibéricas litigan por la posesión de una exigüa franja de tierra perdida en los confines de la selva guaraní, poblada por tribus de aborígenes recolectores y cazadores y encomendada para su cristianización a un reducido grupo de misioneros jesuitas que se vuelcan en conseguir el desarrollo material y espiritual de los indígenas guaraníes.El arbitrio de la Santa Sede se materializa con la presencia del legado Papal, con plenos poderes para dictaminar sentencia sobre la soberanía de las misiones.Los intereses políticos prevalecerán sobre las buenas intenciones de los pastores y los enormes progresos de la comunidad tribal.Y, como en las películas, acaban venciendo los buenos.

Basada en hechos reales, La Misión basa su argumento en el enunciado previo.Dirigida por el maestro Roland Joffé en 1986, con un reparto de lujo encabezado por Robert de Niro, Jeremy Irons, Aidan Quinn y Liam Neeson, una ambientación sobresaliente, una recreación cronológica superlativa y una banda sonora del genial Ennio Morricone que cabe calificar como excelsa, pasa por ser ya uno de los más prestigiosos clásicos del cine mundial.

Su lúgubre final, ese autosacrificio ritual de indios y misioneros unidos en el paroxismo asesino de las tropas portuguesas, viene a ahondar sobre la futilidad de la búsqueda del bien ante la fatalidad de la ambición del poder y el dominio sobre la tierra.Belleza, armonía, paz, serenidad, destruidas por el ansia posesiva de unos gobernantes ajenos a las vicisitudes de sus súbditos.Nunca le agradeceré lo suficiente al maestro Morricone haber rescatado de su secular sepultura de siglos el envolvente soniquete del obóe de Gabriel.De un lugar tan paradisíaco no podía emanar otra melodía que no sonase celestial.Uno de tantos cielos en la Tierra sepultados por la sedición y la ignominia del género humano.Además, con la bendición del representante de Dios sobre este valle de lágrimas.Seguro que era un impostor.

Saludos.