FARFOLLA

En la apartada comarca de la que soy nativo se emplea una cierta jerga dialectal basada en el uso de un rico léxico autóctono en ocasiones ininteligible para el resto de la humanidad.La voz farfolla pertenece a ese abultado fardo de palabrerío localizado.Y, como digno representante de la tierra que me vio nacer, suelo bisbisearla en ciertas situaciones.

No faltamos a nuestra cita esporádica con el canon sagrado de nuestra lengua para requerir su ayuda en esta lid.

farfolla.
	(Del dialect. marfolla, y este del lat. malum folĭum).
	1. f. Espata o envoltura de las panojas del maíz, mijo y panizo.
	2. f. Cosa de mucha apariencia y de poca entidad.

La segunda acepción define con precisión el significado que denota el parloteo conquense para referirse a algo tan cacareado y manoseado como la dicotomía entre apariencia, aspecto exterior, fachada o escaparate y fondo, esencia, alma o interior.Porque farfolla, que así se suele decir, sin género y en singular, es todo aquello cuya brillante carcasa acostumbra a encubrir un vacío contenido, un continente sin contenido, hueco, falaz, desierto.

Pienso en farfolla y me asoman a las meninges visiones de multitud de familias que adolecen de una cierta falta de vivencias con las que amueblar su habitáculo existencial, no siendo conscientes de que, a la postre, la fachada termina por anunciar ruina, desnudando la triste realidad y mostrando al mundo su verdadera faz.La vanidad termina por pasar una onerosa factura que no siempre se puede sufragar.

Más de un psicópata criminal de celuloide hubiera usado como diana de sus envenenados dardos a este tipo de individuos.Sólo tenemos una vida, no la desperdiciemos como farfolla.Carpe Diem.

Saludos.