SEVICIA

Perfidia, crueldad, maldad, aberración, son sustantivos que, desgraciadamente, nunca pasan de moda.La humanidad siempre ha contado entre sus componentes con miembros que manifiestan una siniestra predilección por el sufrimiento de sus semejantes, aunque, en general, creo que todos portamos inconscientemente la semilla de esta nefasta capacidad, que no siempre encuentra el campo abonado para su germinación.

Si recorremos el ancho mundo podemos encontrar toda una sucesión de muestras bastante ilustrativas acerca de ese ignominioso placer por inferir todo tipo de vejaciones humillantes, cuando no letales, a aquellos que consideramos nuestros enemigos, ya sean reales o ficticios.Desde los imperturbables bombardeos y misiles que se regalan entre palestinos y judíos hasta el humillante trato que la potencia del bien en el mundo dispensa a un grupúsculo de desorientados luchadores de la yihad islámica, pasando por la tortura encubierta que se practica en multitud de paises, algunos de ellos forman parte de eso que damos en llamar mundo civilizado.

sevicia.
	(Del lat. saevitĭa).
	1. f. Crueldad excesiva.
	2. f. Trato cruel.

Curioso.Pensemos en el calificativo derivado del sustantivo.Si existiese la acepción sevicioso, no difiere en demasía de sedicioso, que denota asimismo una conducta moralmente reprobable.Sevicial, por otro lado, necesita de una letra adicional para conferirle un sentido radicalmente opuesto, aunque posiblemente no sean mutuamente excluyentes.Dicen que la equidistancia suele ser la postura más comúnmente aceptable.Ni sevicioso, ni servicial, mucho menos servil.

Propongo un ejercicio introspectivo consistente en cuantificar en porcentajes de sevicioso, servicial y servil nuestro propio comportamiento.Un, dos, tres, responda por primera vez.

Saludos.