TACONES Y MINIFALDA
Como especímen común que soy del género masculino, mis niveles de testosterona en sangre han ido descendiendo gradualmente con la edad, algo inevitable, aunque sea más un pensamiento que una realidad analítica.Lejos quedan aquellos tiempos caracterizados por una inflamada tasa hormonal a flor de piel y un exacerbado deseo sexual nunca concretado y siempre añorado.De tan remotos tiempos data una singular observación personal acerca de la indumentaria femenina que atañe a dos prendas que ejercen un poderoso influjo sobre el hombre como son la minifalda y los zapatos de tacón.
Creo que no descubro nada nuevo y es un hecho constatable que la densidad de poblacion femenina que porta minifalda y tacones por kilómetro cuadrado de vía pública en cualquiera de nuestras ciudades es comparativamente mucho más alta en la época invernal que durante los rigores y calores estivales.Teóricamente parece una flagrante contradicción que sean los meses climatológicamente más adversos los preferidos por las féminas para lucir su palmito, relegando esta fresca y vistosa prenda durante la canícula veraniega en detrimento de sandalias y piratas.
Mi febril imaginación barrunta una rebuscada hipótesis que intenta explicar este extraño comportamiento.Es algo tan simple como que el lucimiento de la minifalda se acompaña inexcusablemente del aderezo de medias o pantys que, en función de su grosor, ayudan a ocultar esos molestos vellos que tanto atormentan al sexo femenino.Ahora, lanzada esta peregrina hipótesis, sería valorable contrastarla con la opinión de las escasas incautas que merodean por este su blog amigo.¿Confirmais o desmentís el particular?.
Saludos.
Creo que no descubro nada nuevo y es un hecho constatable que la densidad de poblacion femenina que porta minifalda y tacones por kilómetro cuadrado de vía pública en cualquiera de nuestras ciudades es comparativamente mucho más alta en la época invernal que durante los rigores y calores estivales.Teóricamente parece una flagrante contradicción que sean los meses climatológicamente más adversos los preferidos por las féminas para lucir su palmito, relegando esta fresca y vistosa prenda durante la canícula veraniega en detrimento de sandalias y piratas.
Mi febril imaginación barrunta una rebuscada hipótesis que intenta explicar este extraño comportamiento.Es algo tan simple como que el lucimiento de la minifalda se acompaña inexcusablemente del aderezo de medias o pantys que, en función de su grosor, ayudan a ocultar esos molestos vellos que tanto atormentan al sexo femenino.Ahora, lanzada esta peregrina hipótesis, sería valorable contrastarla con la opinión de las escasas incautas que merodean por este su blog amigo.¿Confirmais o desmentís el particular?.
Saludos.
Etiquetas: Ámbito social, Fashion, Obsesiones
6 Comments:
Bueno...para estilista, no tienes remedio....¡¡
Mas que un problema de depilación, es de gusto estetico....
Cuantas minifaldas con tacones conoces que a 40 grados, sol y moscas, no tengan un aire de golfa...?
Viuda:
Por lo visto, el concepto de golfa se asocia indisolublemente con la temperatura ambiental...por eso deben abundar más en verano que en invierno...
Agur.
Pues , el determinismo biologico nos impone , un buen cuerpo , una buenas piernas , una buena minifalada en la canicula .......asi que a cuidarse , depilarse , y lucirse ...kisses :) tengo muy asumido a estas alturas de la palicula de la vida lo esencial de la naturaleza .....
Peggy:
Ese determinismo biológico me temo que no rige durante los calores estivales, aunque seas la excepción que confirma la regla...Que no me lo creo, vaya..
Agur.
jajjaja , la naturaleza biologica es durante todo el año ......
Peggy:
Que no veo jovencitas pelonas por las calles, leñe...y con minifalda, menos...
Agur.
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