LEMMING
Normalmente la palabra desierto evoca en nuestras mentes desoladoras extensiones de arena azotadas por un impenitente vendaval bajo el inmisericorde brillo del astro rey, capaz de calcinar en escasos minutos a cualquier criatura viviente que ose adentrarse en sus áridas entrañas.Sin embargo, como desierto se conoce cualquier lugar del globo terráqueo que por sus particulares condiciones ambientales y climáticas se convierte en un entorno abiertamente inhóspito para el desarrollo de formas de vida vegetal y animal.
Cabe calificarse como desierto grandes extensiones de los casquetes polares y zonas adyacentes en ambos hemisferios, como el paisaje típico del norte de Canadá, la tundra siberiana o la inmensa isla de Groenlandia.La vida bajo estas circunstancias adversas de temperaturas extremadamente bajas, omnipresencia del hielo y ausencia de radiación solar durante la mitad del año se convierte en un ejercicio de heroísmo y máxima expresión de la tenacidad de la vida en la conquista de los nichos ecológicos más hostiles del planeta.
Horadando túneles por debajo de la helada superficie del permafrost boreal canadiense, se puede encontrar un vivaracho roedor que responde al sugerente nombre de lemming.Cíclicamente se producen episódicas explosiones demográficas de este animal que proporcionan un aporte proteico suplementario a sus depredadores naturales como lo puedan ser el zorro ártico o el oso polar.
Resulta curioso constatar su tozudez y empecinamiento a la hora de seguir el rumbo marcado para su migración, un hecho que en ocasiones provoca un suicidio en masa cuando en su camino encuentran obstáculos insalvables como acantilados, despeñaderos o cursos fluviales.Una apología singular acerca de como acudir a la cita que el destino les dispensa como fatal desenlace a su corta y dura existencia bajo la superficie helada.En cierto modo, los seres humanos también ponemos nuestro granito de arena para no faltar a la ineludible cita con el destino.Aunque, en última instancia, uno siempre se puede asomar al abismo y dar media vuelta.Muy pocos afirmarán sentir aversión por la atracción que sobre la psique humana ejerce lo insondable, un servidor se cuenta entre esos incautos apasionados por la exploración de las arcanas profundidades de la conciencia.
Saludos.
Cabe calificarse como desierto grandes extensiones de los casquetes polares y zonas adyacentes en ambos hemisferios, como el paisaje típico del norte de Canadá, la tundra siberiana o la inmensa isla de Groenlandia.La vida bajo estas circunstancias adversas de temperaturas extremadamente bajas, omnipresencia del hielo y ausencia de radiación solar durante la mitad del año se convierte en un ejercicio de heroísmo y máxima expresión de la tenacidad de la vida en la conquista de los nichos ecológicos más hostiles del planeta.
Horadando túneles por debajo de la helada superficie del permafrost boreal canadiense, se puede encontrar un vivaracho roedor que responde al sugerente nombre de lemming.Cíclicamente se producen episódicas explosiones demográficas de este animal que proporcionan un aporte proteico suplementario a sus depredadores naturales como lo puedan ser el zorro ártico o el oso polar.
Resulta curioso constatar su tozudez y empecinamiento a la hora de seguir el rumbo marcado para su migración, un hecho que en ocasiones provoca un suicidio en masa cuando en su camino encuentran obstáculos insalvables como acantilados, despeñaderos o cursos fluviales.Una apología singular acerca de como acudir a la cita que el destino les dispensa como fatal desenlace a su corta y dura existencia bajo la superficie helada.En cierto modo, los seres humanos también ponemos nuestro granito de arena para no faltar a la ineludible cita con el destino.Aunque, en última instancia, uno siempre se puede asomar al abismo y dar media vuelta.Muy pocos afirmarán sentir aversión por la atracción que sobre la psique humana ejerce lo insondable, un servidor se cuenta entre esos incautos apasionados por la exploración de las arcanas profundidades de la conciencia.
Saludos.
4 Comments:
Comparto curiosidad, pero de ahí no paso. Soy del gremio virgencita virgencita que me quede como estoy.
Un beso!
Ana:
Pensando de aquesta manera nunca podrás vislumbrar ni una esquiva sombre de lemming...
Agur.
Bueno, pero el "suicidio" de los lemmings no es consecuencia de ninguna introspección existencialista, que se sepa.
A mí me recuerdan a ese famoso juego Lemmings en el que tienes que salvar la vida a un % de ellos...
Carlos:
Afortunadamente para ellos, la introspección es ajena a su limitada capacidad intelectiva...
Esa puede ser una loable misión en la vida, salvar al lemming...como lema, queda resultón...
Agur.
Publicar un comentario
<< Home