LA IRA DE LOS JUSTOS
No parece haber sentado nada bien al mundo occidental la radical decisión del flamante presidente de Bolivia, Don Evo Morales, de proceder a la autogestión de sus recursos naturales que supone la recuperación del control de las explotaciones de materias primas como el gas y el petróleo por parte de sus legítimos propietarios.Con un discurso populista, abiertamente sincero e impulsado por un apoyo masivo de sus conciudadanos, Morales ha emprendido una silenciosa pero firme cruzada en pos del fin de la extorsión, la explotación ventajista, la corrupción generalizada, la asunción de un firme rumbo de la nave boliviana cuyo timón maneja con decisión y claridad.
No es la primera vez que se produce un hecho semejante en Hispanoamérica, aunque todavía recordamos el luctuoso final de la andadura del chileno Salvador Allende.Pero esta vez será mucho más difícil detener esta impetuosa corriente que amenaza con devolver a esa inmensa e invisible marea humana que compone lo que damos en llamar desde nuestro occidental punto de vista el Tercer Mundo su perdida dignidad.Los miserables se rebelan contra los designios de su fatal hado apoyando a adalides políticos como Morales, uno más dentro de esa legión de desharrapados, desheredados y sojuzgados desgraciados.
Tal vez las potencias capitalistas occidentales y sus compañías multinacionales deban plantearse seriamente el sentido y el propósito de sus inversiones en paises con ínfimos niveles de desarrollo dando paso a una nueva situación que asuma la propiedad verdadera de los recursos y que ahonde mucho más dentro de las preocupaciones y las necesidades de sus poseedores.La distribución de la riqueza actualmente no cumple con las obligatorias directrices de igualdad y solidaridad y la aparición de personajes como el cocalero boliviano supone un hálito de esperanza para el arranque de un proceso de cambio irreversible que yo por lo menos deseo se produzca.Las decisiones de Morales podrán ser tachadas de polémicas, pero nunca como injustas.Al menos, no tan injustas como la explotación salvaje, indiscriminada y ventajista de los recursos energéticos de su país por parte de multinacionales extranjeras.
Saludos.
No es la primera vez que se produce un hecho semejante en Hispanoamérica, aunque todavía recordamos el luctuoso final de la andadura del chileno Salvador Allende.Pero esta vez será mucho más difícil detener esta impetuosa corriente que amenaza con devolver a esa inmensa e invisible marea humana que compone lo que damos en llamar desde nuestro occidental punto de vista el Tercer Mundo su perdida dignidad.Los miserables se rebelan contra los designios de su fatal hado apoyando a adalides políticos como Morales, uno más dentro de esa legión de desharrapados, desheredados y sojuzgados desgraciados.
Tal vez las potencias capitalistas occidentales y sus compañías multinacionales deban plantearse seriamente el sentido y el propósito de sus inversiones en paises con ínfimos niveles de desarrollo dando paso a una nueva situación que asuma la propiedad verdadera de los recursos y que ahonde mucho más dentro de las preocupaciones y las necesidades de sus poseedores.La distribución de la riqueza actualmente no cumple con las obligatorias directrices de igualdad y solidaridad y la aparición de personajes como el cocalero boliviano supone un hálito de esperanza para el arranque de un proceso de cambio irreversible que yo por lo menos deseo se produzca.Las decisiones de Morales podrán ser tachadas de polémicas, pero nunca como injustas.Al menos, no tan injustas como la explotación salvaje, indiscriminada y ventajista de los recursos energéticos de su país por parte de multinacionales extranjeras.
Saludos.
2 Comments:
Evo Morales tiene esa mirada de justica y verdad en el cara. Su elección ha sido un paso más de las llamadas sociedades en desarrollo para quedarse con lo suyo. Para manejar su casa. Me gusta este político. De momento no está corrompido, o al menos no se le detecta esa prepotencia occidental que llega a los dirigentes de Sudamérica también. Es bueno que haya alguién en el poder que, por una vez, viene del pueblo, su historia es la de la masa trabajadora y pobre y no procede de la aristocracia rancia instalada en allí. Evo es una esperanza, y tiene cara de paloma de la paz. Esperemos que no cambie nada, que no le ocurra nada, y que no le vendan la moto Harley.
Zuriñe:
Aunque se la vendan, ojalá que no la compre...Asistiremos expectantes y esperanzados el devenir de los acontecimientos...supongo que el gran hermano no permanecerá impasible ante este desafío...
Agur.
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