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lunes, marzo 06, 2006

ALQUIMIA

Una estancia apenas iluminada por el quejumbroso pábilo de una añeja vela que se resiste a los embates de la gélida corriente de aire que se cuela por los intersticios de la delgada portezuela que la separa del exterior, un hombrecillo de poblada barba, de mirada febril, envuelto en una astrosa túnica que le hace semejar un monje encorvado sobre una retorta en la que deposita extraños extractos minerales mientras intenta descifrar arcanas fórmulas transcritas en un vetusto grimorio...Supongo que la escena podría describir someramente un fugaz momento en la vida de esos buscadores de la sabiduría, precedentes medievales de la química moderna, que pasaron a la posteridad con el nombre de alquimistas.

Alquimia es una voz árabe que referencia la tierra negra que hace posible la vida en el remoto Egipto.Representa la búsqueda del principio creador de la vida, de la esencia de la misma.Tal búsqueda se extiende al mundo material, al cuerpo y al espíritu humanos.La piedra filosofal, lapis philosopharum, simboliza el hallazgo de la clave material que permite la transmutación de cualquier metal en el ideal de la perfección, el oro.El elixir de la juventud, de la inmortalidad, de la larga vida representa la materialización corpórea del ideal alquimista.Finalmente, la consecución de la Gran Obra permite al alquimista alcanzar un estado superior trascendente que supone la elevación del espíritu.

Sin duda, una labor ímproba para el alquimista, entregado a una eterna investigación sin frutos aparentes, peligrosa por sus implicaciones teológicas y por sus atrevidas experimentaciones.La imagen que se ha transmitido para la posteridad es la del genio entregado a la suprema aspiración representada por la supuesta panacea de la piedra filosofal.Tal noble empeño debió atraer a numerosos embaucadores sólo interesados en la vertiente pecuniaria de esta arcana disciplina.Para salvaguardar el conocimiento adquirido del asalto de viles profanadores, los alquimistas encerraron sus hallazgos bajo claves criptografiadas sólo al alcance de ciertos iniciados.Asistimos a las primeras bocanadas del esoterismo, al cifrado del conocimiento, de la información para evitar que mentes irreverentes tengan acceso al mismo.

Ilustres personajes como Paracelso, Ramón Llull, Roger Bacon, Nicolás Flamel, se convirtieron en formidables eruditos que buscaban la sabiduría trasteando entre atanores, redomas, vapores y extractos.Aunque tamaña empresa excede la menguada capacidad humana, es de justicia reseñar la contribución de estos osados exponentes de la eximia ciencia medieval al descubrimiento de ciertas sustancias como el aceite de vitriolo, el agua regia, el agua fuerte, el amoníaco.

Los alquimistas son un fiel exponente de la doctrina hermética, de la ocultación premeditada del conocimiento, de forma que sólo será accesible para áquel que reúna las condiciones necesarias que le permitan la comprensión de las claves de acceso.Curioso, en una época de tinieblas perpetuas sobre la denostada existencia humana, el conocimiento se empapa y se mimetiza dentro del ambiente general.Los tiempos modernos han supuesto todo lo contrario, el acceso universal al conocimiento.Aunque cabe preguntarse si se prefiere la cantidad a la calidad.Posiblemente, los alquimistas conocían profundamente la naturaleza humana.

Por cierto, jamás se llegó a constatar el hallazgo de la deseada piedra filosofal.Tal vez, nunca constituyó un deseo real en la privilegiada mente de los alquimistas.

Saludos.

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6 Comments:

Blogger Lula Towanda said...

creo que aunque hay mucha información y se ha dado algunos pasos en el conocimiento distribuído, todavía hay grandes secretos solo al alcance de unos pocos.

10:46 a. m., marzo 06, 2006  
Blogger marga said...

Es cierto, puede que no buscasen la piedra filosofal... pero como reclamo para conseguir la financiación de sus estudios por parte de los poderosos, la piedrecita en cuestión era un filón.
Besos

12:19 p. m., marzo 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Yo creo que la piedra filosofal existe y ha sido hallada. Por eso no sabemos de ella.

Un abracito.

2:00 p. m., marzo 06, 2006  
Blogger Galufante said...

Lula:

Dicen que la información es poder...

Perlim:

Algún día tocaré el tema de la filantropía y los mecenas de las artes...Interesante reflexión la tuya...

Yambra:

Disiento, compañero chestano, pienso que no existe, ni ha sido hallada pero lo sabemos todo de ella...Ah, las quimeras humanas...
Recibido el abracito y devuelto con intereses.

Agur.

2:21 p. m., marzo 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

"Saberlo todo y creer que no sabemos nada, esta es la verdadera sabiduría. No saber nada y creer que lo sabemos todo, este es el mal común de los humanos. Considerar este mal como un mal, preserva de él. El sabio está exento de fatuidad, porque teme la fatuidad. Este temor lo preserva de ella."

Lao Tse.

"Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano".

Isaac Newton

11:12 p. m., marzo 06, 2006  
Blogger Galufante said...

Yambra:

Lao-Tsé adolece de fatuidad, era un sabio...y lo parecía...
El pensamiento de Newton engrandece su de por sí excelso intelecto...
Parece que sapiencia y humildad van de la mano...Por eso es tan extremadamente rara...

Agur.

7:17 a. m., marzo 07, 2006  

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