EMPALAR

Se puede rastrear la historia de la humanidad en busca de unos enfrentamientos bélicos que no tardan demasiado en aparecer.Y es que la guerra es tan vieja como el propio ser humano.Los colectivos humanos, bajo banderas de tribu, clan, gentilidad, pueblo, nación o imperio, han hallado en el fragor de la batalla la medida de su desmedida ambición.El bando vencedor, cuando lo había, sometía al derrotado mediante variadas técnicas, algunas de las cuales se orientaban hacia el escarmiento, la mofa, la ejemplificación del castigo por oponerse al vencedor.
Una razonable destrucción de las ciudades enemigas hasta los cimientos y un más que merecida aniquilación física del grupo humano vencido sin distinción de sexos y edades será una constante de la ignominia belicista humana desde Alejandro Magno hasta las execrables matanzas en Ruanda.La poderosa mente humana, puesta al servicio de la perfidia y la crueldad, es capaz de parir refinadas monstruosidades que hacen sonrojar a la propia conciencia humana.
Uno de tales refinamientos recibe el nombre de empalamiento.Consiste en introducir una afilada estaca alargada por el recto de la incauta víctima hasta alcanzar la parte central del abdomen y de esta guisa, clavar el subconjunto hombre-estaca en tierra, a la espera de que la inexorable ley de la gravedad ponga algo de su parte y acabe la obra empezada, normalmente cuando la letal punta atraviesa el cráneo.La moraleja que cabe colegir de tal aberración es que la oposición se paga cara y que el sufrimiento del empalado queda fuera de la comprensión humana.

Aunque a muchos nos pueda parecer una repugnante pesadilla, los empalados fueron personas de carne y hueso como nosotros que agonizaron horriblemente atravesados por una tranca que era a la vez su prisión y su verdugo.Acertadamente se afirma que el sueño de la razón humana genera monstruos.Y todos tenemos algo de monstruo dentro de nuestra naturaleza.
Saludos.
Etiquetas: Avatares, Enigmas, Terminología
3 Comments:
Mira que eran crueles a la hora de inventar torturas...
Parece mentira, pero no lo es
Perlim:
Lo seguimos siendo...cada vez son más sutiles y menos efectistas...
Lula:
No lo es, pero el qué?
Agur.
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