TEPUY

A caballo de las regiones fronterizas entre Venezuela y Brasil, concretamente las densas masas selváticas que pueblan, sin solución de continuidad, los estados de Bolívar en la parte venezolana y Roraima en la vertiente brasileña, aparecen unas formaciones geológicas singulares que convierten el parque Nacional de Canaima en una de las más esplendorosas atracciones que la naturaleza pueda ofrecer.

Recibe el nombre indígena de tepuy, en lengua pemón significa literalmente montaña, una meseta elevada de abruptos acantilados y vertiginosas paredes verticales que trepan hasta alcanzar casi mil metros por encima de la llanura selvática subyacente.No es de extrañar que la mayor catarata sobre la superficie terrestre, el Salto del Angel, se localice en este entorno pluvioso.Son 972 metros de caída libre desde lo alto del Auyantepuy, uno de los más extensos entre un total de 115 tepuis radicados en el parque de Canaima con nada menos que 700 km2 de superficie y 2560 metros de altura en su punto más alto.

Su inaccesibilidad ha dado lugar a numerosas conjeturas pseudocientíficas e incluso se han emitido descabelladas hipótesis acerca de la pervivencia de animales y plantas prehistóricos dado su aislamiento pretérito.Se han acuñado las expresiones islas del tiempo o mundo perdido para designar estos macizos rocosos datables en el precámbrico, más de 1500 millones de años de antigüedad.Sir Arthur Conan Doyle ambientó su novela El Mundo Perdido en este arcano mundo todavía ampliamente desconocido para una gran parte de la humanidad.Inspirado en el creador de Sherlock Holmes, Michael Crichton escribió Jurassic Park, que sería llevada a la gran pantalla por el prolífico Steven Spielberg.

Expediciones científicas contemporáneas han desvelado el aparente misterio que flotaba sobre estas incógnitas perpetuas.Una impenetrable maraña vegetal cubre íntegramente su superficie, horadada por numerosos cursos fluviales de aguas rojizas que se despeñan por los acantilados rocosos creando sugestivas imágenes para el ojo humano.Pese a que lógicamente no se han encontrado seres antediluvianos, lo cierto es que alrededor del 75 % de las especies vegetales catalogadas en los tepuis se consideran endemismos vegetales.Un reino insólito que medra en la altiplanicie tropical cuya contemplación se antoja inolvidable.

Saludos.