MONSTRUOS
A la edad de 3 años, un niño responde a la multitud de estímulos que bombardean su virginal mente actuando a modo de esponja que se empapa y asimila de manera asombrosa toda esa información novedosa que supone prácticamente todo el universo material y emocional.De manera innata, la inquietud exploradora e investigadora se desarrolla prontamente adobada por una exultante espontaneidad que asombra a sus educadores y progenitores y que puede resultar molesta por las implicaciones que se derivan de ella, pero que permite ampliar el horizonte cognoscitivo del niño.
Puede resultar traumático para un niño de tan corta edad empezar a descubrir, vía audiovisual mediante, una serie de paradigmas y fenómenos que rayan en la irrealidad y la fantasía como lo puedan ser monstruos, fantasmas u otros seres de ultratumba.Una explicación racional, firme y de tinte adulto no basta para generar tranquilidad en el niño, que no puede comprender como algo que ha visto no existe en el plano material, quedando restringido a la ficción, los sueños, el celuloide.No sólo eso, sino que adicionalmente esos seres, inexistentes según su papá, aparecen una y otra vez poblando los incipientes sueños del infante, creando una atmósfera de pavor e incomprensión.
Tal vez para su pequeña psique en ciernes este hecho puede constituir un shock, aunque tarde o temprano su intelecto deba pasar, consciente o inconscientemente, la prueba del algodón de la separación entre la realidad y la fantasía.Algo esencial para poder captar juiciosamente la percepción de los límites que presiden nuestra sociedad y nuestro pensamiento.Así que ni Casper ni Monsters S.A. son ingenuamente inocuas ni tampoco alocadamente lesivas para la mente infantil.Si os parece, dejamos The Ring para edades más talluditas.
Saludos.
Puede resultar traumático para un niño de tan corta edad empezar a descubrir, vía audiovisual mediante, una serie de paradigmas y fenómenos que rayan en la irrealidad y la fantasía como lo puedan ser monstruos, fantasmas u otros seres de ultratumba.Una explicación racional, firme y de tinte adulto no basta para generar tranquilidad en el niño, que no puede comprender como algo que ha visto no existe en el plano material, quedando restringido a la ficción, los sueños, el celuloide.No sólo eso, sino que adicionalmente esos seres, inexistentes según su papá, aparecen una y otra vez poblando los incipientes sueños del infante, creando una atmósfera de pavor e incomprensión.
Tal vez para su pequeña psique en ciernes este hecho puede constituir un shock, aunque tarde o temprano su intelecto deba pasar, consciente o inconscientemente, la prueba del algodón de la separación entre la realidad y la fantasía.Algo esencial para poder captar juiciosamente la percepción de los límites que presiden nuestra sociedad y nuestro pensamiento.Así que ni Casper ni Monsters S.A. son ingenuamente inocuas ni tampoco alocadamente lesivas para la mente infantil.Si os parece, dejamos The Ring para edades más talluditas.
Saludos.
Etiquetas: Ámbito social, Celuloide
6 Comments:
Lo perjudicial a los tres años no es ver Monstruos, que les encanta.
Lo perjudicial es que le cortes el rollo diciéndole que eso no existe.
Está en la etapa de los terrores nocturnos, el cambio de cole y de estación, y te va a probar quince veces al día.
Paciencia, firmeza y no le cortes el rollo. Simplemente, cambia la peli.
Si quieres más información, vía mail te envío todo un tratado.
Relaja, y The Ring no antes de los primeros pelitos.
Un beso!
Anita:
O le corto el rollo o puedo pasar los próximos 10 años intentando encontrar una explicación racional a algo que no la tiene...
Niña, cambio de peli más que de gayungos, te lo garantizo...
Besos.
Agur.
Pero si es que no puedes someter a la razón cosas que no son razonables, y él tampoco te está pidiendo respuestas razonables. Sólo quiere que le hagas caso, házselo, invéntate un bonito cuento sin miedos.
No cambies de peli. Les suele gustar ver siempre la misma, cuanto más la ven, más les gusta...se aprenden los diálogos, las canciones...prueba con El Libro de la Selva, o Peter Pan...pero las preguntas no te las quita ni la caridad.
Deja al chico en paz!!
Un beso.
Anita:
De qué chico estamos hablando???
Agur.
Lo primero, usted perdone, que lo tengo abandonao.
Lo segundo...supongo que del tuyo...yo no tengo chicos, ni criaturas de esas edades...
O eres tú el de las pesadillas??
jajaja
Un beso, querido
Anita:
Eres como rexona, que nunca te abandona...
Más que pesadillas lo que tengo son pesadumbres...acertaste, hay un muñaco diabólico rondando este teclado...y amenaza con su insignificante dedito la integridad de este comment...
Agur.
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