NACEDERO DEL UREDERRA


La sensación que percibe el caminante que se adentra en el tupido bosque, acariciado por la leve brisa que desciende del farallón rocoso, adormecido por el susurrante sonido que emana del ser fluvial y estimulado por el fragante aroma de romeros y bojes, es comparable al nirvana, un estado de semi-inconsciencia que traslada al viajero a parajes virginales donde el agua nunca deja de manar.
Si buscan paz, naturaleza, salud y...nirvana, en este modesto lugar los pueden encontrar.
Saludos.
Etiquetas: Maravillas, Panorama, Sustrato
1 Comments:
Carlitos, en Madrid, más bien, lo que puedes encontrar son las calderas de Pedro Botero...demasiado ruido para mi gusto...
Feliz año para ti también.
Agur.
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