LEMURIA

Supongo que este evocador nombre, que estoy seguro suscita las más apasionadas controversias, nos remite a lejanas reminiscencias de continentes perdidos en la inmensidad del tiempo y del espacio.
Como cualquier apartado relacionado con el esoterismo estimo que existirán los ardientes creyentes correspondientes y los acostumbrados enconados detractores.Se trata de una materia expuesta, por su propia idiosincrasia, a la más encarnizada de las polémicas.

No vamos a hablar de la Lemuria legendaria, visionaria, etérea, intangible y cuantos apellidos ilustres se me puedan ocurrir.Quiero restringirme a la Lemuria real, exótica, no menos legendaria isla de Madagascar, al sudeste de Africa, reducto único y exclusivo de esos endemismos zoológicos conocidos popularmente como lemures.

Estos vistosos ejemplares de la fauna relíctica mundial han evolucionado separadamente del resto de sus más cercanos parientes, los primates, desde que Madagascar se separó del continente africano millones de años ha.
Sus gráciles formas animadas por una coloración atrayente, sus deslumbrantes ojillos y sus prensiles colas, los convierten en verdaderas maravillas de la zoología mundial.

Su habitat natural, los extensos bosques tropicales, se encuentra amenazado por la explotación maderera y la presión demográfica humana.Nada nuevo bajo el sol, por otro lado.
Concibo la remota esperanza de poder gozar de las evoluciones de estos primitivos parientes del Homo Sapiens en su entorno natural.De momento, creo que en el zoo de Madrid existe una buena representación de estos simpáticos animales.

Saludos.