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viernes, diciembre 16, 2005

ELDORADO

Una vez completada la conquista del imperio inca por parte de Francisco Pizarro en 1535, merced a sus hábiles maniobras para enfrentar a los herederos de Huayna Capac, Atahualpa y Huáscar, se desencadenó otro aspecto ligado inexorablemente a la propia conquista: la búsqueda y apropiación del botín, seres y enseres, del enemigo, tal y como prescribían los tratados sobre la guerra de aquellos lejanos tiempos.

La avidez desatada de la tropa española por las riquezas, simbolizadas por los metales como el oro y la plata y las piedras preciosas tan abundantes en Sudamérica, desencadenó una oleada de pillajes y fechorías sin precedentes que en ocasiones terminó en enfrentamientos fratricidas por la posesión de los tesoros incas.

En ese ambiente no es extraño que se preste atención a bulos, leyendas o fabulaciones de dudosa credibilidad relativos a la existencia de maravillosos tesoros y riquezas que esperan escondidas al intrépido aventurero que sea capaz de poner en riesgo su vida en pos del fecundo ideal.

La leyenda del Eldorado es un exponente representativo de aquellos días de codicia y sedición.
Es ensoñador cuando menos pensar en una ciudad perdida en la inmensidad de la selva cuyos magníficos edificios revestidos de oro refulgían al cálido sol tropical, habitada por una sociedad tribal, omaguas les llamaban, cuyo soberano se entregaba a un rito de veneración enteramente cubierto de polvo dorado sumergiéndose en las aguas de un lago sagrado mientras sus súbditos lanzaban ofrendas de oro y esmeraldas....


La leyenda se difundió con celeridad, casi tanta como hubo hombres de fortuna dispuestos a abordar la empresa de localizar el tan rico Eldorado, desde Raleigh hasta Lope de Aguirre, intentos que resultaron infructuosos.

La persecución de quimeras es un impulso vital siempre presente en el ser humano.Pero no todos desarrollamos la capacidad de afrontar la búsqueda y no perecer en el intento.
De hecho, creo que todo ser humano persigue, al menos, una quimera, en cierta medida es un pequeño acicate para continuar con esa búsqueda permanente que constituye, en definitiva, nuestra valiosa vida.

Y vosotros, queridos lectores, alguna vez habeis perseguido una quimera???

Saludos.

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo sí, la quimera del predominio del sentido común y la inteligencia... pero no, no la encuentro.

11:44 p. m., diciembre 16, 2005  
Blogger almena said...

mmm siempre persigo alguna quimera pero... ella es siempre más rápida...
:-)

2:20 p. m., diciembre 18, 2005  
Blogger Galufante said...

Gallego:

Estimo que ahora mismo, en el mundo en el que vivimos, no deja de ser una utopía maravillosa ese anhelo perenne de ser el dueño de tu propia vida...Creo que uno se puede autoengañar persiguiendo esa falacia, incluso encontrar una mayor felicidad, pero me temo que UNO nunca será dueño de SU tiempo...

Por cierto, yo ando buscando un conductor que me lleve a las Seychelles...voluntarios????

Agur.

8:48 a. m., diciembre 19, 2005  
Blogger Galufante said...

Juanjo (alias lehendakari):

Supongo que te aplicas tu propia medicina en la medida en la que te atañe, no?

Además, si tú, presidente de la comunidad autónoma del País Vasco, no eres capaz de encontrar la senda del sentido común, no vamos a presuponer una mayor capacidad al resto de representantes políticos de la Cámara Vasca...

En fin, seguiremos buscando...

Agur.

8:51 a. m., diciembre 19, 2005  
Blogger Galufante said...

almena:

En ello estriba la razón de nuestra existencia, seguir la estela que dejan nuestras quimeras, por lo menos, no perderlas de vista NUNCA...

Agur.

8:53 a. m., diciembre 19, 2005  

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