CARPANTA

En aquellos tebeos de la transición abundaban todo tipo de historietas cortas ambientadas por personajes de todo tipo y condición, desde los traviesos Zipi y Zape hasta Mortadelo y Filemón, pasando por toda una troupe de Doña Urraca, La Familia Trapisonda, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio y tantos otros que han llenado miles de páginas de nuestra adolescencia.Cuantos ratos ensimismado en devorar literalmente cuanto tebeo caía en las manos.
Había un personaje, indudablemente entroncado con la miseria de posguerra, cuya máxima y única pretensión en cada tira cómica se fundaba en llenar la barriga.De voraz apetito, siempre dispuesto a conseguir alimento fuere como fuere, aunque con nobleza y sanas intenciones, Carpanta casi nunca terminaba la historieta con la tripa llena.Expresiones tan chuscas como aquello de mover el bigote o una empleada reiteradamente por su amigo Protasio acerca de que donde come uno, comen dos, lo cual puede no significar ni a la vez ni lo mismo, han quedado grabadas en mi memoria.Aunque no llegué a conocer nunca a ningún Carpanta, haberlos, parece que los hubo y muchos.Y apostaría a que muchos tampoco se acostaban a diario saciado su hambre.Pero que malo es el hambre.
Saludos.
Etiquetas: Banalidades, Narcisismo, Plasticidad
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home