LORIGA
La sola mención de la palabra que encabeza este post a una gran mayoría no le dirá nada de nada.Para un reducido círculo de lectores, y no exclusivamente de blogs, les remitirá a un joven novelista de nombre Ray, aunque nacido Jorge (Madrid, 1967), que ha alcanzado una cierta notoriedad literaria por el enfoque que se percibe en sus obras hacia la problemática de una juventud atrapada entre los entresijos de una sociedad hóstil, posindustrial, deshumanizada.Sus personajes beben de las fuentes norteamericanas en cuanto a esa búsqueda interior al estilo de las road movies típicas de más al norte de río Grande.Personajes malditos elevados a los altares de la iconografía juvenil por su resistencia innata a amoldarse a los esquemas preestablecidos.
Y para otro escogido grupo, loriga evocará lejanas reminiscencias de épocas feudales, de caballeros y justas, de nobles y siervos, de tiempos medievales de oscuridad y miedos cervales al fin de los tiempos.Se conoce como loriga a la armadura acorazada compuesta por anillos o sortijas metálicas, normalmente de acero, entrelazadas que cubre el tórax, brazos incluso la cabeza y puede llegar hasta las rodillas.Dada la enorme complejidad que entrañaba su confección, la loriga era un aditamento al alcance de unos pocos señores que podían pagar de su bolsillo los elevados precios que alcanzaban en las ferrerías, sino poseían una de ellas como parte de sus propiedades materiales.
Garantizaba una protección razonable ante espadas, lanzas, dardos o dagas agresoras, aunque quedaba seriamente restringida la libertad de movimiento de su portador por la pesada carga que debían soportar sobre sus hombros.La estampa que debía componer un caballero forrado de hierro de pies a cabeza, con su yelmo, su lanza, su caballo cubierto por láminas metálicas debía parecer sencillamente temible y aterradora para sus enemigos.El mundo ha evolucionado lo inexpresable desde aquellos episodios caballerescos, y los métodos y armas de guerra también para oprobio de la humanidad.Y aunque no se vean cotas de malla en los escenarios bélicos mundiales, otros dispositivos han tomado su relevo hasta llegar al nivel de abortar presuntas tentativas belicosas antes de que la agresión adquiera forma.Los maestros de la guerra, concienzudos estudiosos e inversores aventajados en los war games, siempre contarán con una loriga de ventaja sobre sus imaginarios enemigos.En el fondo, el mundo tampoco ha cambiado tanto desde el Medioevo.Tan sólo se requiere permanecer absorto en las repetidas imágenes que se producen a diario en el escenario irakí para identificar claramente a los nobles caballeros y a los fementidos villanos.Sin cotas de mallas, claro está.
Saludos.
Y para otro escogido grupo, loriga evocará lejanas reminiscencias de épocas feudales, de caballeros y justas, de nobles y siervos, de tiempos medievales de oscuridad y miedos cervales al fin de los tiempos.Se conoce como loriga a la armadura acorazada compuesta por anillos o sortijas metálicas, normalmente de acero, entrelazadas que cubre el tórax, brazos incluso la cabeza y puede llegar hasta las rodillas.Dada la enorme complejidad que entrañaba su confección, la loriga era un aditamento al alcance de unos pocos señores que podían pagar de su bolsillo los elevados precios que alcanzaban en las ferrerías, sino poseían una de ellas como parte de sus propiedades materiales.
Garantizaba una protección razonable ante espadas, lanzas, dardos o dagas agresoras, aunque quedaba seriamente restringida la libertad de movimiento de su portador por la pesada carga que debían soportar sobre sus hombros.La estampa que debía componer un caballero forrado de hierro de pies a cabeza, con su yelmo, su lanza, su caballo cubierto por láminas metálicas debía parecer sencillamente temible y aterradora para sus enemigos.El mundo ha evolucionado lo inexpresable desde aquellos episodios caballerescos, y los métodos y armas de guerra también para oprobio de la humanidad.Y aunque no se vean cotas de malla en los escenarios bélicos mundiales, otros dispositivos han tomado su relevo hasta llegar al nivel de abortar presuntas tentativas belicosas antes de que la agresión adquiera forma.Los maestros de la guerra, concienzudos estudiosos e inversores aventajados en los war games, siempre contarán con una loriga de ventaja sobre sus imaginarios enemigos.En el fondo, el mundo tampoco ha cambiado tanto desde el Medioevo.Tan sólo se requiere permanecer absorto en las repetidas imágenes que se producen a diario en el escenario irakí para identificar claramente a los nobles caballeros y a los fementidos villanos.Sin cotas de mallas, claro está.
Saludos.
Etiquetas: Bosquejos
9 Comments:
Las guerras ya no son lo que eran...
Ande iremos a parar...
Un beso.
Anita:
Pos no, se ha perdido el romanticismo...además, siempre pierden los perdedores...
Agur.
Genial tú blog, enhorabuena, nos leemos. Slds.
Patri:
Bienvenida a este tu blog amigo.Y permíteme que te diga, lisonjas de por medio, que la que eres genial. y joven, eres tú...No sólo deseo que me leas, sino que tal y como has hecho, escribas...Está en tu mano...
Te leo.
Agur.
De un Caballero Begoniano a otro de alta tecnología....ahh que tiempos!
Saludos ;0)
Robert Vandenbego
Robert el belga:
Sed bienvenido a este apartado lugar, os dispensaremos una agradable estancia si decidís hospedaros en esta humilde posada...
Agur.
El señor ñloriga es bastante connocido , desde la epoca de la movida ...al menos para mi , años ah .....
Espero tu evaluación, ¡a ver si te das más prisa en corregir los exámenes!.
Peg:
La cuestión es si el te connoce a tí...desde la época de la movida...es así?
Telémaco:
Casi se me saltan las lágrimas, apañero...ojo clínico, que no clónico, eso es lo que tú tienes...
Agur.
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