MOMPRACEM

Pertenezco a una hornada generacional, aquello que se dio en llamar el baby boom, cuya infancia asisitió a una cada vez mayor influencia de los medios audiovisuales sobre el pensamiento, la imaginación, el frágil intelecto que desde entonces portamos con mayor o menor orgullo.Dentro de este marco vivencial se enmarca una constante relativa a los personajes de ficción que muestran series y películas emitidas por la ventana catódica de nuestros salones.Siempre he sentido un interés supino, doloroso a veces por lo intenso, por ahondar algo más de lo que aparece en los fotogramas acerca de la veracidad respecto de los lugares, actores y circunstancias que rodean la trama desarrollada.

Sandokán, el tigre de Malaysia, inmortal creación literaria del fecundo novelista italiano Emilio Salgari, personifica la figura de un errabundo pirata malayo enemistado con el invasor británico que frecuenta los mares del Sudeste asiático a la caza y captura de presas que puedan saciar su irreductible sed de venganza.De todo este maremagnum emanan irresistibles efluvios que, por su exotismo, pueden llegar a cautivar las soñolientas mentes infantiles.

Engatusado por nombres tan sugerentes como Mompracem y Labuan, emprendo las pesquisas oportunas para localizar sobre un mapa esos lugares de la memoria literaria que anidan en la obra de Salgari.Si Mompracem resulta ser una concesión geográfica del autor, por el contrario Labuan aparece dibujada como una minúscula islita de apenas 75 km2 perteneciente a la Federación Malaya situada a escasa distancia de la costa del estado de Sabah, en la isla de Borneo.

Quizás sea esa necesidad perentoria de poder situar el desarrollo de una novela sobre un determinado marco geográfico la que me impida disfrutar de la lectura de libros de ciencia ficción.Aunque, por mucho que me esfuerce por tratar de encontrar un alter ego para la protagonista femenina de la historia, la evanescente y simpar Mariana, me temo que nunca podré hallar a la verdadera.Tampoco lo deseo, por cierto.

Saludos.