CRAPULA
Calavera, quemanoches, valigero, son diversas acepciones con las que se conocen a esos redomados amantes de la diversión nocturna que son capaces de beberse hasta el agua de los floreros, fumarse la grama de las cunetas o enrolarse despreocupadamente en una vorágine orgiástica aderezada con todo tipo de alicientes más o menos legales.
El crápula representa al ejemplar hedonista en grado superlativo, buscador de placeres más allá de las convencionales barreras sociales que coartan la libertad del ser humano.Es ésta la razón que puede justificar la espontánea promiscuidad que muestran estos individuos hacia la transgresión de las normas comúnmente aceptadas por todo el espectro social dentro del ámbito de eso que damos en llamar despectivamente vicios.
Se trata de una imagen que genera cierta equidistancia entre las impresiones favorables y repulsivas que despierta en aquellos que cumplimos estrictamente el genotipo socialmente aceptado.Porque nadie me negará una cierta complacencia y simpatía hacia esos desnortados que no dudan en ponerse el mundo por montera para cumplir con esa máxima tan humana que reza Carpe Diem.En la misma medida en que uno puede sentir una cierta lástima y compasión por ellos cuando alcanzan avanzados estados etílicos, paroxísticos, libidinosos o depresivos como consecuencia del excesivo consumo de ciertas sustancias o el abuso de algunas prácticas sexuales, no siempre respetuosas con la moral púbica imperante.
Algún sabihondo acuño aquello de que la virtud se encuentra en el justo medio, Aristóteles para más señas, aunque me inclino a pensar que se estaba ensalzando a sí mismo.No creo que llegue a los extremos de ser tildado alguna vez como un crápula, lo cual no es óbice para que en un rincón de mi corazoncito guarde una pizquita de simpatía por estos chicos tan divertidos.Y chicas, claro.Aunque son las menos.Si conoceis algún crapulilla de tres al cuarto, esta es vuestra tribuna.Orad, pues.
Saludos.
El crápula representa al ejemplar hedonista en grado superlativo, buscador de placeres más allá de las convencionales barreras sociales que coartan la libertad del ser humano.Es ésta la razón que puede justificar la espontánea promiscuidad que muestran estos individuos hacia la transgresión de las normas comúnmente aceptadas por todo el espectro social dentro del ámbito de eso que damos en llamar despectivamente vicios.
Se trata de una imagen que genera cierta equidistancia entre las impresiones favorables y repulsivas que despierta en aquellos que cumplimos estrictamente el genotipo socialmente aceptado.Porque nadie me negará una cierta complacencia y simpatía hacia esos desnortados que no dudan en ponerse el mundo por montera para cumplir con esa máxima tan humana que reza Carpe Diem.En la misma medida en que uno puede sentir una cierta lástima y compasión por ellos cuando alcanzan avanzados estados etílicos, paroxísticos, libidinosos o depresivos como consecuencia del excesivo consumo de ciertas sustancias o el abuso de algunas prácticas sexuales, no siempre respetuosas con la moral púbica imperante.
Algún sabihondo acuño aquello de que la virtud se encuentra en el justo medio, Aristóteles para más señas, aunque me inclino a pensar que se estaba ensalzando a sí mismo.No creo que llegue a los extremos de ser tildado alguna vez como un crápula, lo cual no es óbice para que en un rincón de mi corazoncito guarde una pizquita de simpatía por estos chicos tan divertidos.Y chicas, claro.Aunque son las menos.Si conoceis algún crapulilla de tres al cuarto, esta es vuestra tribuna.Orad, pues.
Saludos.
Etiquetas: Ontología, Terminología
5 Comments:
Me han prestado un ordenador para un ratín.
Yo he intentado ser crápula. Pero no veas lo cansadísimo que es!!
Hay que echarle un poco de sentido común....o mucho gimnasio, depende del interés que uno tenga en saltarse ciertos límites.
En la próxima vida prometo intentarlo con más voluntad. Es que ahora estoy de vacaciones, con perdón.
Beso!
Para el que se decida a iniciar una vida de crápula, le vendría bien el post de Francisco Aranguren:
http://franciscoaranguren.blogspot.com/2006/07/reflexiones-pre-sanfermineras.html
Anita:
Pues las vacaciones son el período ideal para desarrollar las capacidades crapulescas...Te van a conocer en todo el pueblo...
Kisses from Madriles.
Carmen:
Le echaré un ojazo...
Agur.
En el medio esta la mediocridad , a si que seamos transgresores , dionisiacos ....y mas en verano
Vaya, por fin he visto una definición de crápula que me gusta, más que nada por la simpatía que derrocha, jejeje. Al igual que Ana, yo he intentado ser también un crápula, pero se sale de mis capacidades...demasiado imbuido en la sociedad :(
Aún así, seguiré intentándolo para llegar a lo máximo, aunque creo que a lo único que llegaré será a ser un Bukowski de andar por casar.
Un abrazo!
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