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miércoles, junio 21, 2006

MADRILETAS

En tal día como hoy da comienzo la estación estival en el hemisferio norte y junto a las tormentas veraniegas, el tórrido calor atosigante, la creciente tendencia a desprenderse de la molesta ropa y la jornada continua, para aquellos afortunados que la disfruten en sus respectivas empresas, se entra de lleno dentro de la época vacacional para la mayoría de los españolitos.

Cuando se piensa en vacaciones, normalmente se suele asociar con períodos de relativa calma, relajación y reposo de los arduos quehaceres diarios, con cambios de contexto social y geográfico que contribuyen a renovar energías y olvidarse por un tiempo de la monotonía diaria.Un sucedáneo de desintoxicación de sí mismo, vamos.

Sin embargo, ciertos individuos siguen concibiendo el tiempo de asueto vacacional como una continuación ilativa de la rutina habitual, de forma que no prestan demasiada importancia a los antedichos aspectos y optan por seguir viviendo en una vorágine de stress e hiperactividad que en casi nada se diferencia de cualquier día en sus abúlicas vidas.

Si se viaja a algunos destinos playeros del Levante o del Sur de la península, se corre un grave riesgo de volver a reeditar episodios vecinales no deseados.Sobre todo, si hablamos de aquellos turistas procedentes de la capital del Reino, despectivamente conocidos como madriletas.Aunque últimamente, vayas donde vayas, siempre encontrarás algún ínclito representante de la variopinta jungla humana que compone la población madrileña.

No negaré que, como destacado madrileta que soy, me enerva encontrar concentraciones elevadas de émulos de mí mismo cuando me hallo solazándome a mis anchas.Lo curioso del caso es que si preguntas a cada uno de esos omnipresentes mastuerzos, muy pocos reconocerán abiertamente que proceden de los Madriles, en detrimento de sus orígenes familiares.

Me pregunto cual es la causa que motiva esa aversión urticante a asumir la realidad.Despues de todo, Madrid nos ha brindado la oportunidad de desarrollar una carrera profesional que de otra manera muchos nunca hubiéramos soñado ni en las mejores fantasías oníricas.Así que tendremos que reconocer que somos madriletas, y a mucha honra.Por cierto, espero no tener que exabruptar este verano que acaba de debutar.Si algún/a insigne madrileta tiene a bien avisarme de sus intenciones, le estaré eternamente agradecido.

Saludos.

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5 Comments:

Blogger laceci said...

Realmente de Madrid de pedigree hay poca gente, muchos de los que nos encontramos atascaos todos los días en la M30 somos los que hemos venido buscando cosas que en nuestros pueblos no teníamos.

Otra cosa es Benidorm, pero yo paso, me voy al pueblo :-P

PS: qué poquito me quieres y qué caña me metes :-P

7:02 p. m., junio 21, 2006  
Blogger Carlos de Vega said...

Pues nunca había escuchado lo de madriletas. En mi tierra, en los Pirineos, llamamos despectivamente almendrones a los veraneantes de Zaragoza.
Lo que me ha dejado sin habla es la imagen qué has puesto. ¡Qué derroche de frikismo!

8:30 p. m., junio 21, 2006  
Blogger Galufante said...

Ceci:

Si al final resultará que los culpables de los inaguantables atascos de las carreteras madrileñas serán los inmigrantes...al tiempo...

Ah, pero tienes pueblo???? Confidencialmente, contigo podría hacer una excepción, madriletamente hablando, claro está...Esa mini es un reclamo infalible para tarados como un servidor...

PD: No existe una vara adecuada para determinar el tamaño del cariño que te tengo...Bueno, una caña también podría desempeñar la misma función...
Besos.

Carlos:

Una imagen muy oportuna que nos retrotrae a la pacata España del desarrollismo y el 600...pero que sigue en boga...Supongo que no se puede concebir un madrileta como Gallardón y la Espe mandan sin un ápice de frikismo...

Agur.

8:24 a. m., junio 22, 2006  
Anonymous Anónimo said...

...Soy madrileta, madrileña y lo que quieras decir. Dsfruto y sufro Madrid en la misma medida y cuando me ahogo, me voy a Rascafría, respiro un par de días y..a casa.
Los atardeces de nuestro "pueblo" son especiales, los rojos tan intensos, los azules potentes, la Gran Vía, cuando amanece y permanece en silencio...es preciosa,salvo que a Gallardoncete, se le ocurra otra cosa.
¡¡ Narices !!! que ataque de casticismo me ha entrado

12:20 p. m., junio 30, 2006  
Anonymous Vir said...

Como canariona afincada en Madrid desde hace diez años, de los madrileños en general puedo decir que tienen gran calidad humana: son integradores con los que visitan o se acaban de mudar a la ciudad, conservan como tesoros a sus amistades y aunque es verdad que no presumen de ser de Madrid, adoran Madrid. Creo que les pasa porque están hartos de que se les juzgue. De que en otros lugares den por hecho que son prepotentes o unos urbanitas que no se adaptan fuera... Quizás no tengan la suerte de ser acogidos cuando viajan tan bien como lo hacen ellos mismos, pero lo de madrileño hay que decirlo con la cabeza bien alta. Que tarde o temprano en otras provincias reconocerán lo grandes que son. Ni mejores ni peores, solo madrileños y a mucha honra.

1:08 p. m., abril 27, 2012  

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