LA VAQUILLA
El prolífico cineasta valenciano Luis García Berlanga dirigió en 1985 una obra típicamente coral de tono jocoso y desenfadado que relata las cómicas peripecias que acontecen a un variopinto abanico de personajes en un hipotético frente de batalla durante la guerra civil española.La Vaquilla se convierte en el eje sobre el que gira el desarrollo de una trama que se desgrana a través de la intrépida odisea, rayana de la frivolidad, en la que se ven envueltos todos los actores.
Los intérpretes se enfrentan a chocantes y absurdas situaciones, tan familiares a la idiosincrasia hispánica, que muestran su profunda vis cómica, la acción es trepidante y dinámica y la ambientación sobresaliente.Pese a que los críticos consideran que La Vaquilla dista mucho de la categoría que alcanzaron los primeros trabajos de García Berlanga, estimo que es una película total, de esas que no quieres que se acabe nunca.Además, no por esperado, el final es ejemplarizante, definitivo, tremendamente didáctico.Es paradójico como un recuerdo tan doloroso para España entera puede ser capaz de generar tantas carcajadas.
Pese al tratamiento que Berlanga otorga a su personal visión del conflicto civil, intentando trivializar y suavizar las afiladas aristas que ofrecen los contendientes de la misma, no debemos olvidar el triste epílogo del sufrido y noble animal.La metáfora de la vaquilla sigue resonando en la memoria de varias generaciones de españoles, todavía enraizados en pasadas rencillas y deseosos de reverdecer viejos laureles ya marchitos.
Mientras se asiste al edulcorado final del film, se puede escuchar una voz en off declamando ese dicho popular que dice así: Entre todos la mataron, ella sola se murió.Parece que, esta vez sin Berlanga de por medio, la vaquilla ha resucitado de entre los caídos para ofrecer una nueva tentativa a los contendientes.Espero que, en esta ocasión, no tengamos que lamentar otro ominoso final.La puerta está abierta.No la cerremos nosotros.Ahora, démonos la paz.
Saludos.
Los intérpretes se enfrentan a chocantes y absurdas situaciones, tan familiares a la idiosincrasia hispánica, que muestran su profunda vis cómica, la acción es trepidante y dinámica y la ambientación sobresaliente.Pese a que los críticos consideran que La Vaquilla dista mucho de la categoría que alcanzaron los primeros trabajos de García Berlanga, estimo que es una película total, de esas que no quieres que se acabe nunca.Además, no por esperado, el final es ejemplarizante, definitivo, tremendamente didáctico.Es paradójico como un recuerdo tan doloroso para España entera puede ser capaz de generar tantas carcajadas.
Pese al tratamiento que Berlanga otorga a su personal visión del conflicto civil, intentando trivializar y suavizar las afiladas aristas que ofrecen los contendientes de la misma, no debemos olvidar el triste epílogo del sufrido y noble animal.La metáfora de la vaquilla sigue resonando en la memoria de varias generaciones de españoles, todavía enraizados en pasadas rencillas y deseosos de reverdecer viejos laureles ya marchitos.
Mientras se asiste al edulcorado final del film, se puede escuchar una voz en off declamando ese dicho popular que dice así: Entre todos la mataron, ella sola se murió.Parece que, esta vez sin Berlanga de por medio, la vaquilla ha resucitado de entre los caídos para ofrecer una nueva tentativa a los contendientes.Espero que, en esta ocasión, no tengamos que lamentar otro ominoso final.La puerta está abierta.No la cerremos nosotros.Ahora, démonos la paz.
Saludos.
Etiquetas: Celuloide
4 Comments:
La semana que viene la pasaré a el Rincón del cinematógrafo, sin no tienes inconveniente, ya que no tengo cine español y escribes de maravilla. Saludos
Zuriñe:
Inconveniente, ninguno...todo lo contrario, es un auténtico honor que alguien tenga la ocurrencia de publicar mis posts en otro lado...
Gracias por las zalamerías.
Agur.
Pues ya está en El rincón. Es un buen trabajo y muy metafórico. Agur y abrazos.
Ya estamos todos! Era para cerrar el circulo. Saludo.
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