ENTREVISTA DE TRABAJO
El mundo laboral ha sufrido un cambio radical respecto a los esquemas y preconcepciones que regían en un pasado no muy lejano.La relativa inseguridad en el puesto de trabajo invita a una razonable desconfianza que previene la acomodación y suscita una sana ambición en aras a una búsqueda de mejoras para el trabajador.
Esto que se cumple de manera general, puede encontrar su máximo exponente en el sector de la tecnología, un sector que ha vivido un boom en las últimas décadas asistiendo a un voluminoso trasvase de capital humano desde otras vertientes empresariales.Es de recibo, por tanto, buscar la cresta de la ola y no dejarse pillar por el toro antes de que nos empitone y debamos pasar una larga temporada convalecientes.
Algunos nos hallamos en esas, voceando nuestra mercancía, prestando atención a los renuentes clientes que se hacen de rogar, a veces vendiendo humo, otras veces comprando retales.Cuando tenemos al alcance de la mano un posible comprador, solemos asistir, misericordia por delante, a esas devaluadas tomas de contacto conocidas como entrevistas de trabajo.
Resulta reconfortante señalar la cordialidad, corrección, similitud de puntos de vista, aparente idoneidad del candidato para el puesto, empatía que emana de la misma mientras se desgranan mil y una cuestiones que es preciso realizar.Pero como siempre, se deja lo mejor para el final, se escucha un redoble de tambores, se tensa la atmósfera, el entrevistador dibuja una sardónica sonrisa y !pam¡ dispara ante un entrevistado que adecúa sus facciones a la situación mil y una veces representada.
De repente, se asiste a un cambio extremo de decorado, el entrevistador frunce el ceño, a su rostro asoma un rictus que denota resignación, sus labios se contraen, la vista se pierde en sus papeles curriculares, la expresión se torna huidiza.A partir de ese momento, los dos actores conocen el fatal desenlace.Ninguno de ellos conseguirá colocar su mercancía.No al menos esta vez.
Toda esta retahila sólo para poner de manifiesto la importancia que puede atesorar la respuesta a una simple pregunta.Y de paso, denunciar visceralmente la supremacía de la visión mercantil-contable sobre el resto de consideraciones de tipo laboral.Con todo, seguiremos en la brecha.Digital, social, cultural, la que sea.
Saludos.
Esto que se cumple de manera general, puede encontrar su máximo exponente en el sector de la tecnología, un sector que ha vivido un boom en las últimas décadas asistiendo a un voluminoso trasvase de capital humano desde otras vertientes empresariales.Es de recibo, por tanto, buscar la cresta de la ola y no dejarse pillar por el toro antes de que nos empitone y debamos pasar una larga temporada convalecientes.
Algunos nos hallamos en esas, voceando nuestra mercancía, prestando atención a los renuentes clientes que se hacen de rogar, a veces vendiendo humo, otras veces comprando retales.Cuando tenemos al alcance de la mano un posible comprador, solemos asistir, misericordia por delante, a esas devaluadas tomas de contacto conocidas como entrevistas de trabajo.
Resulta reconfortante señalar la cordialidad, corrección, similitud de puntos de vista, aparente idoneidad del candidato para el puesto, empatía que emana de la misma mientras se desgranan mil y una cuestiones que es preciso realizar.Pero como siempre, se deja lo mejor para el final, se escucha un redoble de tambores, se tensa la atmósfera, el entrevistador dibuja una sardónica sonrisa y !pam¡ dispara ante un entrevistado que adecúa sus facciones a la situación mil y una veces representada.
De repente, se asiste a un cambio extremo de decorado, el entrevistador frunce el ceño, a su rostro asoma un rictus que denota resignación, sus labios se contraen, la vista se pierde en sus papeles curriculares, la expresión se torna huidiza.A partir de ese momento, los dos actores conocen el fatal desenlace.Ninguno de ellos conseguirá colocar su mercancía.No al menos esta vez.
Toda esta retahila sólo para poner de manifiesto la importancia que puede atesorar la respuesta a una simple pregunta.Y de paso, denunciar visceralmente la supremacía de la visión mercantil-contable sobre el resto de consideraciones de tipo laboral.Con todo, seguiremos en la brecha.Digital, social, cultural, la que sea.
Saludos.
Etiquetas: Disección
2 Comments:
La mayoría son una farsa, una desverguenza y una esquematizada visión que pretende abarcar todo la vida laboral de una "persona" como si fuera una máquina. Hay entrevistas que producen verguenza ajena, y otras que directamente es para levantarse y decirles que se metan la mierda de salario por el culo.Ah, pero la economía va bien!
Zuriñe:
Coincido contigo, suele ser una ritualizada farsa a beneficio de inventario.Supongo que muchos de los entrevistadores deben sentir algo de esa vergüenza a que te refieres, aunque supongo que la interiorizan.Total, hay que vivir.
Y a pesar de todo, España va bien...para los de siempre, claro...
Agur.
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