MALLOS DE RIGLOS
La comarca aragonesa de la Hoya oscense esconde pequeños rincones al ojo del viajero que conviene anunciar so pena de pasar de largo ante tales maravillas, más si cabe ante la pérfida huella que la emigración ha dejado en el paisaje humano de la provincia.Una amenaza latente, siempre presente, la despoblación del mundo rural, particularmente en provincias como Soria, Cuenca, Teruel o Huesca, que traslada una imagen de desolación y nostalgia a todos aquellos que hemos crecido en esos ambientes.
Olvidemos por un momento este tremendo problema y centremos el asunto que nos guiaba inicialmente.La voz aragonesa mallo se usa para designar una formación rocosa de forma alargada, vertiginosamente vertical y cimas redondeadas.La coqueta población de Riglos se halla a los pies de un conjunto de pétreos centinelas conocidos como los mallos de Riglos.La especificidad de la arenisca que los compone permite la aparición de pequeñas grietas en las paredes de una roca tan rugosa que facilita la escalada y atrae a innumerables aficionados a esta atrevida disciplina deportiva.
Dentro de la misma comarca oscense, se puede visitar la señorial villa de Ayerbe así como el desafiante castillo de Loarre, escenario reciente de una de las últimas películas del oscarizado Ridley Scott, elegido personalmente por el director por sus buenas condiciones de conservación.Me pregunto si toda la retahila de los Orlando Bloom, Liam Neeson & company se tomaron la molestia de premiar con su modesta presencia a los serenos mallos.Supongo que la indiferencia sería mutua.Eso que se perdieron.
Saludos.
Olvidemos por un momento este tremendo problema y centremos el asunto que nos guiaba inicialmente.La voz aragonesa mallo se usa para designar una formación rocosa de forma alargada, vertiginosamente vertical y cimas redondeadas.La coqueta población de Riglos se halla a los pies de un conjunto de pétreos centinelas conocidos como los mallos de Riglos.La especificidad de la arenisca que los compone permite la aparición de pequeñas grietas en las paredes de una roca tan rugosa que facilita la escalada y atrae a innumerables aficionados a esta atrevida disciplina deportiva.
Dentro de la misma comarca oscense, se puede visitar la señorial villa de Ayerbe así como el desafiante castillo de Loarre, escenario reciente de una de las últimas películas del oscarizado Ridley Scott, elegido personalmente por el director por sus buenas condiciones de conservación.Me pregunto si toda la retahila de los Orlando Bloom, Liam Neeson & company se tomaron la molestia de premiar con su modesta presencia a los serenos mallos.Supongo que la indiferencia sería mutua.Eso que se perdieron.
Saludos.
Etiquetas: Panorama
5 Comments:
Cuando vea la película me acordaré de este post y del castillo de Loarre, y de los mallos, por supuesto, a ver si vislumbro alguno entre batalla y batalla.
No creo que la belleza deje impasibles a la estrellas de joluibú. Los paisajes de nuestra tierra, tan bellos, lo son aun más por estar rodeados de soledad.
Perlimpina:
Ten la delicadeza de saludar los mallos de mi parte...Si el agraciado soy yo, se los trasladaré de tu parte..Batallas, nah, me quedo con las antiguas...
Lula:
Cierto, la soledad añade un componente adicional de misterio, de abandono, de nostalgia que potencia el atractivo de nuestro paisaje...
Saludos, paisana.
Agur.
Qué ilusión, un post sobre mi tierra (aunque vivo en Huelva, soy de Jaca). Bueno, por aportar algo... muy cerca de Riglos está Agüero, que también se encuentra a los pies de unos mallos (no tan grandes) y tiene una preciosa iglesia románica.
Y Loarre es de los lugares medievales más interesantes y completos que he visitado (y puedo asegurar que no son pocos).
Carlos:
Saludos oscense, aunque no suela aparecer demasiado en los mass media, muchos nos acordamos de esa maravillosa tierra...
Agur.
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