LA CATEDRAL GOTICA
Edad Media, en el marco de la Europa Occidental, tiempos de Cruzadas, de señores feudales, de cantos gregorianos y tonsuras eclesiásticas, de bufones, juglares y reyes, de espiritualidad a flor de piel.En un entorno social tan estrechamente guardado y vigilado de malsanas influencias heréticas y sojuzgado bajo la plétora clerical y un feudalismo campante, nace una natural tendencia a ensalzar y glorificar la omnipresencia divina en forma de construcciones adecuadas para la profesión pública del culto.
A una primera etapa románica de templos y monasterios donde prima la sobriedad, el empleo de la boveda de cañón y el arco de medio punto, la escasez de luz motivada por el gran espesor de los muros, el uso de contrafuertes para soportar el peso del conjunto eclesial y una simpleza aparente de lineas y formas en la que se omiten ornamentos, le sucede una renovada corriente artística, rompedora con lo anterior, que permitirá la elevación de esas incontestables joyas arquitectónicas que suponen las catedrales góticas.
La arquitectura gótica se nutre de una innovación que resultará crucial en el desarrollo de las principales facetas del gótico, se trata del arco ojival, una solución constructiva que permitirá crear espacios amplios, luminosos y esbeltos.La bóveda de crucería facilita una redistribución del peso que soporta, permitiendo elevar la altura de los edificios hasta niveles insospechados a la vez que se estrechan los espesores de las paredes laterales y se decoran los amplios paños mediante vistosas vidrieras que confieren a las catedrales esos celestiales fulgores lumínicos.La técnica constructiva permite asimismo la adicción de elementos ornamentales fundamentales en la imaginería gótica como son los pináculos, los arbotantes y las decorativas gárgolas.
Se consigue un conjunto que rezuma ligereza, majestuosidad y luminosidad.La morada de Dios impresiona al paupérrimo siervo de la gleba que acude por primera a la ciudad para admirar la nueva obra.Una atmósfera envolvente de mágica luz filtrada, unas esbeltas columnas que se elevan señoriales hasta el cielo, unas magnificentes tablas que cubren el altar con escenas de la vida y milagros de nuestro Señor Jesucristo, una cantinela ensoñadora ensalzando la gloria divina apenas susurrada por un invisible coro de monjes...Todo contribuye a exaltar la trascendentalidad del momento ante el cual no cabe otra actitud que no sea postrarse y mostrar la pertinente adoración.
Pasaron aquellos oscuros tiempos de superstición y vasallaje, pero nada ha cambiado respecto al asombro que uno siente cuando penetra en una catedral gótica.La sensación es sobrecogedora, invita al misticismo, a la fantasía onírica.Decididamente, creo que las catedrales góticas son plenamente merecedoras de mi devoción personal.Algo que debo agradecer, indirectamente, a la Iglesia Católica.Mil gracias.
Saludos.
A una primera etapa románica de templos y monasterios donde prima la sobriedad, el empleo de la boveda de cañón y el arco de medio punto, la escasez de luz motivada por el gran espesor de los muros, el uso de contrafuertes para soportar el peso del conjunto eclesial y una simpleza aparente de lineas y formas en la que se omiten ornamentos, le sucede una renovada corriente artística, rompedora con lo anterior, que permitirá la elevación de esas incontestables joyas arquitectónicas que suponen las catedrales góticas.
La arquitectura gótica se nutre de una innovación que resultará crucial en el desarrollo de las principales facetas del gótico, se trata del arco ojival, una solución constructiva que permitirá crear espacios amplios, luminosos y esbeltos.La bóveda de crucería facilita una redistribución del peso que soporta, permitiendo elevar la altura de los edificios hasta niveles insospechados a la vez que se estrechan los espesores de las paredes laterales y se decoran los amplios paños mediante vistosas vidrieras que confieren a las catedrales esos celestiales fulgores lumínicos.La técnica constructiva permite asimismo la adicción de elementos ornamentales fundamentales en la imaginería gótica como son los pináculos, los arbotantes y las decorativas gárgolas.
Se consigue un conjunto que rezuma ligereza, majestuosidad y luminosidad.La morada de Dios impresiona al paupérrimo siervo de la gleba que acude por primera a la ciudad para admirar la nueva obra.Una atmósfera envolvente de mágica luz filtrada, unas esbeltas columnas que se elevan señoriales hasta el cielo, unas magnificentes tablas que cubren el altar con escenas de la vida y milagros de nuestro Señor Jesucristo, una cantinela ensoñadora ensalzando la gloria divina apenas susurrada por un invisible coro de monjes...Todo contribuye a exaltar la trascendentalidad del momento ante el cual no cabe otra actitud que no sea postrarse y mostrar la pertinente adoración.
Pasaron aquellos oscuros tiempos de superstición y vasallaje, pero nada ha cambiado respecto al asombro que uno siente cuando penetra en una catedral gótica.La sensación es sobrecogedora, invita al misticismo, a la fantasía onírica.Decididamente, creo que las catedrales góticas son plenamente merecedoras de mi devoción personal.Algo que debo agradecer, indirectamente, a la Iglesia Católica.Mil gracias.
Saludos.
Etiquetas: Avatares, Delineaciones
6 Comments:
Que conste que no voy a hacer un comentario que ilustre pq no tengo ni fucking idea de arte ni arquitectura, lo mío son chorradas de esas de telecomunicaciones y tecnología...
PS: realmente vengo a intentar adivinar porque me metes tanta caña en tus comentarios.... aún no lo sé.
:D
Ceci:
Pero deseas tenerla o no? Esa es la cuestión...
Tu piensas que te meto caña...me gustaría que me explicaras de donde sacas esa deducción...
Agur.
Es que la iglesia nos ha proporcionado mucho arte... pero no me va la Edad Media... me quedo con las iglesias barrocas de Roma... son como para acampar dentro y pasarse unos días!!!
Besooos
Comparto totalmente tu devoción por las catedrales góticas. La arquitectura es una de mis artes favoritas, y desde luego estas edificaciones son una de las expresiones más sublimes de belleza.
Bye.
Perlim:
Disiento sobre el particular, el barroco es extremadamente recargado, hasta la saciedad, perfiero las relativamente simples construcciones góticas...Aunque si te refieres a los revestimientos dorados, se podría estudiar lo de la acampada...
Carmen:
Me alegra compartir contigo tal devoción.Y apostaría algo porque no es la única.
Agur.
No me refiero a los dorados precisamente... es la arquitectura y la ornamentación en general, con sus estucos, techos pintados, retablos, esculturas y pinturas. Pero bueno, para gustos hay estilos. Supungo que tu eres más minimalista y a mi me va lo recargado (que no cursi).
Besooos
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