PETRA
Resulta fascinante la apasionante empresa que se propuso llevar a cabo el suizo Burckhardt en el año 1812, haciéndose pasar por un piadoso beduino en busca de la tumba del patriarca Aarón a fin de realizar una ofrenda, sabiendo fehacientemente que iba a ser el primer occidental en admirar las majestuosas maravillas pétreas de la ciudad nabatea de Petra, entonces olvidada y oculta bajo el polvo de milenios.
Que debió sentir cuando, junto a su desconfiado guía, enfiló el estrecho desfiladero del Siq, engullido por sus vertiginosas paredes verticales hasta desembocar frente al esplendoroso Al-Khazneh, el Tesoro, la legendaria tumba del patriarca.Su posterior crónica relata el asombro sin límites que experimentó, desbordado por la magnitud del descubrimiento.Y por el temor constante a ser descubierto, también.
Petra es un laberinto de piedra, un caleidoscopio irisado donde coexisten construcciones de diversas épocas: nabatea, romana, bizantina, árabe.Resulta admirable el empeño de los constructores que consiguieron crear un pequeño reducto de vida en un entorno tan árido como el desierto jordano y tan hóstil como el macizo pedregoso en el que se encuentra inmersa la ciudad.Como son magnificentes los excelsos monumentos labrados directamente en la roca madre, a golpe de martillo y cincel, con un exquisito trabajo de la piedra y un estilo ecléctico que incluye elementos autóctonos, romanos y griegos a partes iguales.
Pasarán siglos, descargarán tormentas de arena y cortinas de agua, el viento barrerá los intrincados pasadizos de la silenciosa urbe, las turgentes paredes rocosas serán mudos testigos de los susurros de los sorprendidos turistas, y Petra permanecerá imperturbable como símbolo de arcana belleza objeto de la rendida pleitesía de la humanidad.
Petra, sagrada Petra.
Saludos.
Que debió sentir cuando, junto a su desconfiado guía, enfiló el estrecho desfiladero del Siq, engullido por sus vertiginosas paredes verticales hasta desembocar frente al esplendoroso Al-Khazneh, el Tesoro, la legendaria tumba del patriarca.Su posterior crónica relata el asombro sin límites que experimentó, desbordado por la magnitud del descubrimiento.Y por el temor constante a ser descubierto, también.
Petra es un laberinto de piedra, un caleidoscopio irisado donde coexisten construcciones de diversas épocas: nabatea, romana, bizantina, árabe.Resulta admirable el empeño de los constructores que consiguieron crear un pequeño reducto de vida en un entorno tan árido como el desierto jordano y tan hóstil como el macizo pedregoso en el que se encuentra inmersa la ciudad.Como son magnificentes los excelsos monumentos labrados directamente en la roca madre, a golpe de martillo y cincel, con un exquisito trabajo de la piedra y un estilo ecléctico que incluye elementos autóctonos, romanos y griegos a partes iguales.
Pasarán siglos, descargarán tormentas de arena y cortinas de agua, el viento barrerá los intrincados pasadizos de la silenciosa urbe, las turgentes paredes rocosas serán mudos testigos de los susurros de los sorprendidos turistas, y Petra permanecerá imperturbable como símbolo de arcana belleza objeto de la rendida pleitesía de la humanidad.
Petra, sagrada Petra.
Saludos.
Etiquetas: Avatares, Maravillas, Panorama
3 Comments:
Creo que debe ser algo inolvidable...una sensación indeleble...espero experimentarla...y pronto...
Agur.
No, no conozco Petra tampoco.
Pero es cierto, trato de ponerme en el lugar de su "descubridor" y... ufff
saludos!
Petra, unos de mis sueños pendientes.
No sé que sentiría Burckhardt, pero si sé que a mi se me saltarán las lágrimas cuando la tenga delante.
Ya me ocurrió en Abu Simbel y me ocurre cada año cuando le hago una visita a las Meninas de Velazquez.
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