LA SOLEDAD DEL MERCENARIO
Coloquialmente solemos identificar el comercio de la carne humana, vulgo prostitución, como la primera profesión del mundo terrenal.Me atrevería a aseverar, dentro del tono jocoso en el que se realizan este tipo de comentarios, que el mercenariado iría inmediatamente despues del lenocinio.
Ya en tiempos tan preteritos como en la edad de los faraones egipcios y sus contrincantes hititas, asirios y sumerios, se podían encontrar numerosos mercenarios ofreciendo sus servicios a las fuerzas militares de uno y otro bando.Innegablemente, la figura del mercenario nació íntimamente asociada a la actividad bélica.
Con el paso del tiempo, la palabra mercenario ha ido adquiriendo un significado más generalista, de forma que existen mercenarios en todos y cada uno de los diferentes estamentos que componen una sociedad moderna.El mundo laboral, tristemente, no es ajeno a esta tendencia, tan remotamente presente en las sociedades.
Quiero hablar aquí del mercenario laboral, dícese de aquella persona, trabajador para más señas, que, a cambio de una prestación económica, como todo mercenario que se precie de serlo, ofrece su capacidad, experiencia y formación al servicio del mejor postor, que suele tener nombre de empresa.
Y quiero tratar aquí y ahora sobre la tremenda soledad que rodea al estólido vendehoras.
La situación laboral exige, única y exclusivamente, al mercenario el cumplimiento de su deber, en forma de trabajo retribuido, ateniéndose a un horario laboral.Puede establecer nexos relacionales con otros mercenarios de su misma especie o de otro género, si bien se expone a que la marea de bajas en combate, sea por encontrar mejor postor o sea por decisión del pagano, le aboque a una soledad que no puede soslayar, dado que es una característica esencial del mercenario.
Y ahí permanece el mercenario, insensible a las embates del destino, firme en su desempeño, inasequible al desaliento pero dramáticamente....sólo.Nuevas hordas de mercenarios se divisan más allá de la linea del horizonte.Nuevos ciclos de soledad se avecinan.Es ley de vida.Y el mercenario lo sabe.Y lo asume.Pero no se resigna a ello.
Soledad, divino tesoro.
Saludos.
Ya en tiempos tan preteritos como en la edad de los faraones egipcios y sus contrincantes hititas, asirios y sumerios, se podían encontrar numerosos mercenarios ofreciendo sus servicios a las fuerzas militares de uno y otro bando.Innegablemente, la figura del mercenario nació íntimamente asociada a la actividad bélica.
Con el paso del tiempo, la palabra mercenario ha ido adquiriendo un significado más generalista, de forma que existen mercenarios en todos y cada uno de los diferentes estamentos que componen una sociedad moderna.El mundo laboral, tristemente, no es ajeno a esta tendencia, tan remotamente presente en las sociedades.
Quiero hablar aquí del mercenario laboral, dícese de aquella persona, trabajador para más señas, que, a cambio de una prestación económica, como todo mercenario que se precie de serlo, ofrece su capacidad, experiencia y formación al servicio del mejor postor, que suele tener nombre de empresa.
Y quiero tratar aquí y ahora sobre la tremenda soledad que rodea al estólido vendehoras.
La situación laboral exige, única y exclusivamente, al mercenario el cumplimiento de su deber, en forma de trabajo retribuido, ateniéndose a un horario laboral.Puede establecer nexos relacionales con otros mercenarios de su misma especie o de otro género, si bien se expone a que la marea de bajas en combate, sea por encontrar mejor postor o sea por decisión del pagano, le aboque a una soledad que no puede soslayar, dado que es una característica esencial del mercenario.
Y ahí permanece el mercenario, insensible a las embates del destino, firme en su desempeño, inasequible al desaliento pero dramáticamente....sólo.Nuevas hordas de mercenarios se divisan más allá de la linea del horizonte.Nuevos ciclos de soledad se avecinan.Es ley de vida.Y el mercenario lo sabe.Y lo asume.Pero no se resigna a ello.
Soledad, divino tesoro.
Saludos.
Etiquetas: Disección, Narcisismo
1 Comments:
Hola:
Soy un MERCENARIO LABORAL que se ha formado en tres oficios y que vende su experiencia dando a las empresas para las que trabajo mucho mas que sus propios empleados.
Hago mas horas que ellos, voy donde ellos no quieren ir, tomo las decisiones mas jodidas cuando ellos no tienen pelotas por que tienen miedo de perder el puesto de trabajo.
Evidentemente luego vienen las envidias. LO SIENTO MUCHO. Soy un mercenario no tengo nada que perder y mucho que ganar.
La soledad dentro de la empresa es absoluta. No estas bien visto por que trabajas a otro ritmo y tu objetivo esta en terminar el proyecto y salir disparado a otra empresa por que te estan esperando.
En ocasiones estas mucho mas preparado que lo mandos de estas empresas y eres utilizado para reventar situaciones y enfrentarte sin piedad a estos asalariados sedentarios.
Al final acumulas tantas empresas y experiencias que acojona ver tu curriculum.
En fin no se si algun dia me quedare en una empresa mas de un año seguido pero de momento ya no se trabajar de otra forma.
Lo he intentado y no me ha convencido eso de que intenten joderte la vida (mobing)por un puto contrato indefinido.
Prefiero morir luchando que vivir resignado debajo de un inutil funcional.
NO HAY A SU PIE RISCO VEDADO
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