LOGOMAQUIA
Con motivo de los recientes acontecimientos que han ocurrido en las últimas semanas tanto dentro como fuera del marco geográfico español, visita real a Ceuta y Melilla, crisis del AVE, detenciones en Chad, cumbre iberoamericana en Chile, se ha vuelto a reactivar el enfrentamiento dialéctico entre las dos principales fuerzas políticas del país y solidariamente, han aumentado los vituperios de sus medios afines hacia sus adversarios.Es saludable no limitarse a obtener información de una única fuente, hasta incluso puede resultar instructivo, como es el caso que nos ocupa.
Aunque nunca escuché esta palabra, el griterío mediático reinante me ha permitido descubrirla gracias a su profuso empleo en diversos artículos periodísticos publicados en el diario monárquico ABC.Etimología griega para construir el bello y sonoro sustantivo denominado logomaquia.Nuestro sagrado sanctasanctorum de la lengua española dice así:
Ha suscitado una polémica inusitada la extemporánea reacción del Borbón a la burda y zafia provocación del oligarca venezolano.Parece que hay un acuerdo tácito por parte de los medios de comunicación a la hora de valorar esa actitud momentánea del monarca y en ningún sitio la estiman desacertada.Incluso se atreven a presumir, con grandes alharacas, de la mayoritaria aceptación de la ciudadanía española del noble gesto del Rey de todas las Españas y de todos los españoles.Mas resulta que, en esta ocasión, no todos nos comportamos como vulgares supporters.
Debo disentir y disiento respecto a la opinión que los medios juzgan mayoritaria, algo que se halla lejos de ser probado estadísticamente.Opino que la reacción del monarca fue desmedida, tiznada de mala educación y prepotencia y, por el simple hecho de responder a una flagrante provocación de Chávez, a secas, merecedora de la misma reprobación que merece este personaje que ansía reverdecer viejos laureles bolivarianos, algo que sólo él mismo debe conocer.Cuando se representa a todo un país como jefe de Estado es preciso saber mantener las formas y seguir los protocolos que dicta algo tan básico como la educación y la urbanidad.Y que ese aspirante a dictadorzuelo caribeño se comporte como un patán descerebrado ansioso de notoriedad y protagonismo no es justificación para responderle en su mismo tono y ponerse, de esa manera, a su altura.Seguro que más de uno de esos columnistas de ABC que hinchan el pecho, se inflaman de orgullo patrio por la reprimenda borbónica, pero denuncian cualquier tipo de diálogo en cuestiones de supina importancia para la nación, ya se han apresurado a tildar a ZP como orador versado en logomaquia.La cuestión es clara: ¿Diplomacia o forofismo?.Y ahora, atento espero escuchar esa recomendación tan borbónica que tan hondo ha calado en el aletargada alma hispánica.Aunque sinceramente creo que, al igual que con Chávez, tales recomendaciones sólo producirán el efecto contrario.Dicen que no se debe matar al mensajero.Me callo, me callo.Por ahora.
Saludos.
Aunque nunca escuché esta palabra, el griterío mediático reinante me ha permitido descubrirla gracias a su profuso empleo en diversos artículos periodísticos publicados en el diario monárquico ABC.Etimología griega para construir el bello y sonoro sustantivo denominado logomaquia.Nuestro sagrado sanctasanctorum de la lengua española dice así:
logomaquia.
(Del gr. λογομαχία, altercado).
1. f. Discusión en que se atiende a las palabras y no al fondo del asunto.
Ha suscitado una polémica inusitada la extemporánea reacción del Borbón a la burda y zafia provocación del oligarca venezolano.Parece que hay un acuerdo tácito por parte de los medios de comunicación a la hora de valorar esa actitud momentánea del monarca y en ningún sitio la estiman desacertada.Incluso se atreven a presumir, con grandes alharacas, de la mayoritaria aceptación de la ciudadanía española del noble gesto del Rey de todas las Españas y de todos los españoles.Mas resulta que, en esta ocasión, no todos nos comportamos como vulgares supporters.
Debo disentir y disiento respecto a la opinión que los medios juzgan mayoritaria, algo que se halla lejos de ser probado estadísticamente.Opino que la reacción del monarca fue desmedida, tiznada de mala educación y prepotencia y, por el simple hecho de responder a una flagrante provocación de Chávez, a secas, merecedora de la misma reprobación que merece este personaje que ansía reverdecer viejos laureles bolivarianos, algo que sólo él mismo debe conocer.Cuando se representa a todo un país como jefe de Estado es preciso saber mantener las formas y seguir los protocolos que dicta algo tan básico como la educación y la urbanidad.Y que ese aspirante a dictadorzuelo caribeño se comporte como un patán descerebrado ansioso de notoriedad y protagonismo no es justificación para responderle en su mismo tono y ponerse, de esa manera, a su altura.Seguro que más de uno de esos columnistas de ABC que hinchan el pecho, se inflaman de orgullo patrio por la reprimenda borbónica, pero denuncian cualquier tipo de diálogo en cuestiones de supina importancia para la nación, ya se han apresurado a tildar a ZP como orador versado en logomaquia.La cuestión es clara: ¿Diplomacia o forofismo?.Y ahora, atento espero escuchar esa recomendación tan borbónica que tan hondo ha calado en el aletargada alma hispánica.Aunque sinceramente creo que, al igual que con Chávez, tales recomendaciones sólo producirán el efecto contrario.Dicen que no se debe matar al mensajero.Me callo, me callo.Por ahora.
Saludos.
Etiquetas: Ámbito social, Polémicas
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