COLADA

Hace tiempo que hipoteticé acerca de la basura que producimos y sus diversas clases.Pienso que al igual que la bolsa, o bolsas, de basura que diariamente bajamos cívicamente a su contenedor correspondiente, código de colores mediante, también existe una relación biunívoca entre status familiar y parafernalia tenderil.Una familia convencional, de las que hay muchas en este país, suele usar su lavadora varias veces a la semana, con el bombo más o menos lleno.Como resultado, un conglomerado informe de diversas prendas prensadas, mojadas y perfumadas, vulgo la colada, aguarda una vez terminado el ciclo de lavado a que el o la interfecta se decidan a proceder a su colgado minucioso en las cuerdas habilitadas para tal contingencia con el fin de que la evaporación ambiental acelere el secado de la ropa.
En cuanto a la parafernalia asociada al tendido de la ropa, se puede observar toda una rica gama de actitudes y costumbres que son indicadores fiables de ciertos aspectos coyunturales y sociales.Haremos constar un modelo repetitivo hasta la saciedad de prendas que aparecen una y otra vez, semana tras semana, mes tras mes, incluso ocupando las mismas posiciones relativas dentro de las hileras colgantes de ropa.O aquel otro que, ya sea por pudor o por evitar malsanas miradas vecinas, bien opta por sustraer ciertas prendas íntimas a la vista del viandante mediante la vieja estratagema de ocultarlas en la cuerda menos visible o bien decide eliminar directamente de la colada esas delicadas prendas que podrían inflamar los ánimos del más pintado, casi siempre de género masculino

No menos destacable ese otro que preconiza un secado garantizado de la ropa despues de toda una semana expuesta a los elementos meteorológicos.Más chocante si cabe, antagónica del modelo ocultista, se presenta la opción exhibicionista que depara un lindo escaparate de seducción y misterio para todo aquel o aquella que merezca la ocasión de regalarse la vista, una particular reivindicación de la alegría de vivir, en comunidad si se puede.Por supuesto, dentro de una misma familia pueden darse aleatoriamente todas y ninguna de las anteriores opciones.Y si hoy somos férreamente ordenados, quizás mañana amanezcamos provocadores, un estado de ánimo del que sacaremos partido antes de que el pudor invada nuestra mente y nos obligue a hurtar al ojo ajeno unos sedosos pantys satinados o una vaporosa negligé de brillante raso que se derrite al contacto con la piel.Ains, menos mal que hoy ya he tendido mi colada.Adivinad, si teneis el suficiente pudor.
Saludos.
Etiquetas: Banalidades, Obsesiones
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