GUATEQUE
Todos recordamos las extravagantes e hilarantes peripecias del ingenuo Sr. Bakshi inmerso dentro del ambiente festivo y lúdico que preside una animada reunión a la que ha sido invitado por error.A las órdenes del siempre efectivo Blake Edwards, Peter Sellers y compañía, para mayor gloria de su protagonista principal, consiguen recrear una vívida atmósfera de una fiesta particular habitual en los mentideros cinematográficos, con una asombrosa mezcla de glamour, esnobismo, desenfado, liberalidad y apariencias.
No es de extrañar que la traducción inmediata del título original The Party al idioma patrio, teniendo en cuenta que se rodó allá por 1968, ese mágico año de resonancias imperecederas, se resumiese en un escueto El Guateque como término apropiado para asociar, salvando las distancias, un evento de tales dimensiones a algo tan familiar y tan en boga en aquel momento como esas boîtes o guateques que se organizaban en tiempo récord en cualquier domicilio que se prestase voluntario, en el que no podían faltar las chicas ye-yé ni los discos de Edith Piaff o The Doors.
Volviendo a la cinta, se trata de una comedia de altos vuelos en la que Peter Sellers da rienda suelta a toda su expresividad mímica mediante un conjunto de gags realmente descacharrantes que describen grotescas, barrocas, rebuscadas situaciones de las que no siempre puede salir bien librado su ingenuo y gesticulante protagonista.Particularmente no puedo olvidar la escena de la interpretación musical con un Bakshi malabarísticamente agarrotado por una incontinencia urinaria descomunal.Si alguna vez es preciso echar mano de terapias que nos hagan olvidar momentos de tristeza, incertidumbre, pena, Sellers tiene en su mano la llave para transportarnos, aunque sólo sea una fugaz ilusión, a la carcajada perpetua.Algo tan sano que debería instituirse como susceptible de aprendizaje.Reir es sano.Reirse lo es mucho más.Ríanse, aunque sea de ustedes mismos.
Saludos.
No es de extrañar que la traducción inmediata del título original The Party al idioma patrio, teniendo en cuenta que se rodó allá por 1968, ese mágico año de resonancias imperecederas, se resumiese en un escueto El Guateque como término apropiado para asociar, salvando las distancias, un evento de tales dimensiones a algo tan familiar y tan en boga en aquel momento como esas boîtes o guateques que se organizaban en tiempo récord en cualquier domicilio que se prestase voluntario, en el que no podían faltar las chicas ye-yé ni los discos de Edith Piaff o The Doors.
Volviendo a la cinta, se trata de una comedia de altos vuelos en la que Peter Sellers da rienda suelta a toda su expresividad mímica mediante un conjunto de gags realmente descacharrantes que describen grotescas, barrocas, rebuscadas situaciones de las que no siempre puede salir bien librado su ingenuo y gesticulante protagonista.Particularmente no puedo olvidar la escena de la interpretación musical con un Bakshi malabarísticamente agarrotado por una incontinencia urinaria descomunal.Si alguna vez es preciso echar mano de terapias que nos hagan olvidar momentos de tristeza, incertidumbre, pena, Sellers tiene en su mano la llave para transportarnos, aunque sólo sea una fugaz ilusión, a la carcajada perpetua.Algo tan sano que debería instituirse como susceptible de aprendizaje.Reir es sano.Reirse lo es mucho más.Ríanse, aunque sea de ustedes mismos.
Saludos.
Etiquetas: Celuloide
3 Comments:
Bonita fiesta , te linko:)
No es por aguarte "La fiesta", pero a mí Peter Sellers siempre me ha parecido un poco pasado de actuación.
También te digo que no he conocido a nadie que comparta esta apreciación conmigo, por lo que debéis tener razón los que os partís de risa con él.
Saludos
Peggy:
Uff, he entendido te la hinco...
Carmen:
Bueno, incluso al excelso Nicholson se le acusa repetidamente de sobreactuación...Menos mal que no todos pensamos igual...
Agur.
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