MICCION
Como organismos animales que somos, con plenas facultades motoras autónomas, precisamos de aportes alimenticios para poder realizar normalmente cada una de las funciones asignadas a cada uno de los aparatos que componen nuestra fisiología.El metabolismo de las sustancias ingeridas por el ser humano produce un conjunto de desechos que deben eliminarse a través del aparato excretor, bien por vía rectal en el caso de los excrementos residuales de la digestión y asimilación de alimentos sólidos o bien por vía urinaria para fluidos líquidos derivados de la función renal.La micción se convierte en un acto cotidiano para toda persona, natural como la vida misma.
Ocasionalmente, se producen situaciones a diario que nos obligan a realizar tan sana práctica en presencia de otros congéneres de nuestra especie.Y resulta sorprendente, cuando no simplemente irrisorio, la amplia variedad de conductas que se derivan de tan sencillo acto.Unos se lo toman con una apacible circunspección ante la voluble próstata, mientras otros intentan abreviar un incómodo lapso de tiempo.Los menos se recrean en la contemplación del envidiado ejemplar del vecino de urinario y los más mantienen la vista perdida en un punto en la lejanía que traspasa los ajados azulejos frente a sus ojos.Si algo queda claro, es que cada uno lo hace con la suya.
Parece que la compartición de algo tan íntimo como lo es el pudor personal no goza del agrado de casi nadie.Aunque, como animales sociales que somos, no dudamos en integrarnos dentro de otras actividades colectivas que también suponen una intromisión en la esfera personal de cada uno, con obvios y nocivos efectos sobre la corteza cerebral.Desde este momento, en cuanto vea en la TV el rostro de una de esas archifamosas reinas el papel-couché, creo que me van a entrar unas irreprimibles ganas de vaciar la vejiga.Además, lo haré en casa del vecino.Por aquello de compartir pudores.
Saludos.
Ocasionalmente, se producen situaciones a diario que nos obligan a realizar tan sana práctica en presencia de otros congéneres de nuestra especie.Y resulta sorprendente, cuando no simplemente irrisorio, la amplia variedad de conductas que se derivan de tan sencillo acto.Unos se lo toman con una apacible circunspección ante la voluble próstata, mientras otros intentan abreviar un incómodo lapso de tiempo.Los menos se recrean en la contemplación del envidiado ejemplar del vecino de urinario y los más mantienen la vista perdida en un punto en la lejanía que traspasa los ajados azulejos frente a sus ojos.Si algo queda claro, es que cada uno lo hace con la suya.
Parece que la compartición de algo tan íntimo como lo es el pudor personal no goza del agrado de casi nadie.Aunque, como animales sociales que somos, no dudamos en integrarnos dentro de otras actividades colectivas que también suponen una intromisión en la esfera personal de cada uno, con obvios y nocivos efectos sobre la corteza cerebral.Desde este momento, en cuanto vea en la TV el rostro de una de esas archifamosas reinas el papel-couché, creo que me van a entrar unas irreprimibles ganas de vaciar la vejiga.Además, lo haré en casa del vecino.Por aquello de compartir pudores.
Saludos.
Etiquetas: Ámbito social, Banalidades, Ontología
5 Comments:
jajajaja
que me meo!
Mira, por lo menos a nosotras nos dejan un poco de intimidad.
Menos mal, porque la postura es mucho más indigna!!
Hale, que usted lo miccione bien.
Un beso.
jajajaen este comentario estuviste bien :)
Anita:
No te creas que sólo sois vosotras las que orinais de aquella manera...De octubre a mayo, alguno que otro opta, a veces, por la posición sentada...es más cómoda...
Peggy:
Esas risitas me reconcilian con el género bloguero...
Agur.
Curiosa manera de igualar a los del género masculino.
Tienes la oportunidad de ver en esa situación a tus jefes y eso debe restar autoridad.
Lula:
Bueno, conozco algunos servicios de empresa con un único urinario...sorprendentemente, suele ser el elegido por Pozas, Vivas, Padillas y demás ralea de alto copete...
Cualquiera les mira por detrás¡¡¡
Agur.
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