TOXOSOUTOS

La amplia variedad de paisajes y condiciones climáticas de este nuestro país permite la existencia de innumerables pequeños rincones, escondidos y apartados de los caminos más transitados, dotados de un encanto especial que producen el asombro y la admiración del osado caminante que dirige sus pasos al encuentro de estos lugares apenas hollados por la marea humana.

En la provincia de A Coruña, concello de Lousame, en los aledaños de la ría de Noia y Muros, localizamos uno de estos sagrados lugares al abrigo de un frondoso vallecillo erizado de pinos y eucaliptos hendido por un susurrante arroyuelo de cristalinas aguas.

Un antiguo cenobio, San Xusto de Toxosoutos, datable del año 1132, reconstruido posteriormente en estilo barroco, y que actualmente brinda reposo al viajero en forma de hospedería ocupa una atalaya imponente sobre el impresionante panorama que ofrece el río del mismo nombre despeñándose por imponentes peñas, la fervenza de Toxosoutos, que forman deliciosas pozas en las que se puede retozar en los meses más cálidos.
Curiosamente, el monasterio poseía un coqueto claustro que un párroco tuvo que vender en 1920 para afrontar reparaciones en la iglesia.Fue adquirido por José Varela de Limia por 2.000 pesetas, quien lo colocó como patio interior del Pazo da Pena Do Ouro, trasladándolo piedra a piedra en carros del país.Allí se puede visitar actualmente, seguro que a nadie deja indiferente.

Parece que los apacibles frailes supieron elegir con acierto un lugar en el que la contemplación y el ensimismamiento son inclinaciones naturales.Tal vez, sería saludable para el espíritu tomar la senda que tan amablemente abrieron estos monjes.Silencio, pureza, contemplación, reflexión...¿Me estaré convirtiendo en un asceta?

Saludos.