LA CASA A CUESTAS

Pocos especímenes animales pueden ostentar orgullosamente la cualidad innata de estar dotado de habitáculo vital como el sufrido caracol.El esforzado gasterópodo, lastrado por su pesada concha, se desplaza por las anchas hojas de las romanzas que crecen en las riberas de los arroyos dejando la indeleble huella de su paso.Incluso se anima a mostrar sus retráctiles ojos cuando los rayos del sol se dignan acariciar su tierna y viscosa piel.

Es considerado una delicia culinaria por algunos y vilipendiado por su especial contextura por otros.Aunque supongo que existe una comunidad de opiniones respecto a la tremenda originalidad que encierra este género de seres vivos, no en vano el caracol es hermafrodita incompleto por naturaleza y puede desempeñar un papel ambivalente en la fase de la reproducción.El caracol fecunda y es fecundado a la vez.Maravilloso milagro de la evolución.

Desconozco las consecuencias de una utópica traslación de esta reliquia reproductiva al género humano, aunque tal vez este hecho contribuiría a una mayor implicación del progenitor respecto a la crianza del fruto de la fecundación.Nunca lo sabremos.

Saludos.