MIEL, EL FRUTO DE LA ABEJA

De todos es conocida la cooperativa sociedad que conforman esos hacendosos y zumbadores himenópteros alados conocidos como abejas.Una abeja reina se ocupa exclusivamente de la procreación de la colonia, asistida convenientemente por varios consortes, los zánganos, cuya misión principal está dirigida a posibilitar la fecundación de los huevos que pone la reina, que cuando se conviertan en larvas se alimentarán de la reserva alimenticia previamente recolectada afanosamente por cientos de miles de trabajadoras obreras cuyo cometido vital se reduce a un continuo trasiego entre las mil y una flores que le brindarán su dulce néctar y la atestada colmena.

El fruto de su incansable trabajo se deposita en el panal o colmena y, convenientemente tratado por el apicultor, se convertirá en un viscoso líquido que varía entre el amarillo y el marrón tostado de gran densidad y sabor extremadamente dulzón que se conoce como miel.La miel ha sido objeto de codicia por el ser humano por su nutritivo aporte alimenticio y es ampliamente conocido el alivio que brinda en el tratamiento de las afecciones del sistema respiratorio.

Hablando de miel, debemos señalar la miel de la Alcarria, una comarca natural que comprende gran parte de la provincia de Guadalajara y el extremo noroccidental de la de Cuenca, como denominación de origen de una de las mejores muestras de este producto en este país.La abundancia de flores de romero, espliego, almendro le confieren un sabor inigualable que la convierte en una estrella de la repostería alcarreña.Los bizcochos borrachos de Guadalajara, las consabidas torrijas o el alajú conquense, de indudable raigambre moruna, son típicos productos que exaltan las bondades de la miel.

Si alguna vez piensan en miel, que sea miel de la Alcarria.Y como soy más de pueblo que las aceitunas, ahí va una pregunta capciosa: ¿Preferís la miel dá o la miel comprá?.

Saludos.