BRUMOSA LINDISFARNE

Allá en el lejano norte, donde la bruma extiende su perpetuo reinado sobre la Tierra, próxima a la frontera escocesa, en la región anglosajona de Northumberland, se halla una pequeña isla que parece emerjer de la eterna neblina en la que se halla sumido el turboso sustrato de las tierras altas, conocida como Holy Island o Lindisfarne.

La isla está asociada indisolublemente a la labor evangélica cristianizadora de St Aidan, fundador de una abadía, y St. Cuthbert, cuya posterior labor fue profetizada por St. Aidan, que vivió y murió en olor de santidad, más si cabe despues de constatar la incorruptibilidad de su cuerpo una vez muerto y enterrado, circunstancia ésta que contribuiría a la conversión de Lindisfarne en lugar de peregrinaje y al mismo tiempo objeto de rapiña por parte de invasores ávidos de un sustancioso botín.

Lindisfarne sufrió las incontenibles incursiones navales de los sanguinarios vikingos escandinavos en varias ocasiones, sembrando la destrucción y entregados al pillaje más abyecto como así narran las crónicas monacales de la época, hablamos del año 793 d.C.Su posesión más preciada, las reliquias de San Cuthbert, sufrió los avatares asociados a traslados apresurados y secretos.Ahora parece que reposan adecuadamente, a salvo de saqueadores, en la catedral de Durham.

La isla sólo es accesible por tierra durante la bajamar, unida a la isla de Gran Bretaña por una calzada que queda sumergida por la marea alta, manteniendo incomunicada la isla.La luna ejerce su autoridad sobre esta isla que por azares de las mareas pierde y vuelve a recuperar su auténtica idiosincrasia.Si alguna vez decido dirigir mis pasos hacia estos mágicos parajes, espero, cuando la marea le confiera a la isla su verdadera identidad, encontrarme a salvo del avance del mar.

Saludos.