RUTA DE LAS XANAS
Concejo de Quirós, Asturias Central, al sur de Oviedo por la AS-228, se llega a un área recreativa poco antes de alcanzar la población de Villanueva.Y aquí se debe abandonar el vehículo hasta la vuelta.
Comienza una ascención que nos llevará desde los 210 m hasta los 540 m de altitud del punto más alto de la ruta, el pueblín de Pedroveya.Un estrecho sendero se retuerce por las laderas de la montaña subiendo vertiginosamente.El río de las Xanas brama al fondo del desfiladero, sus aguas se deslizan salvajes entre la rocalla y buscan la salida del cañón.Su presencia será una constante en toda la ruta.El camino se atempera despues de varias revueltas y discurre paralelo a la corriente fluvial que en este punto se halla remansada antes de acometer el escarpado descenso hacia Villanueva.Un tupido bosque de fresnos, tilos y hayas saluda al esforzado caminante que se adentra silencioso en busca de los puentes de madera que cruzan el torrente antes de acometer la postera pendiente que permitirá alcanzar la meta de la ruta, la iglesia de Pedroveya y su tejo centenario.Una vez repuesto del esfuerzo realizado y como premio al mismo, se puede remojar el sediento gaznate a base de sidra del país para despues disfrutar de un salaz menú local a base de fabada, cabrito y arroz con leche en Casa Generosa.Con la tripa llena, el espíritu enfervorecido y una buena disposición, se procede a volver por la misma senda, con la ventaja de que ahora todo es bajada.
El vehículo sigue en el mismo sitio, pero los caminantes han experimentado un cúmulo de sensaciones que nunca podrán olvidar.Es el encanto de la naturaleza en estado puro, virginal.Y la magia.
Saludos.
Comienza una ascención que nos llevará desde los 210 m hasta los 540 m de altitud del punto más alto de la ruta, el pueblín de Pedroveya.Un estrecho sendero se retuerce por las laderas de la montaña subiendo vertiginosamente.El río de las Xanas brama al fondo del desfiladero, sus aguas se deslizan salvajes entre la rocalla y buscan la salida del cañón.Su presencia será una constante en toda la ruta.El camino se atempera despues de varias revueltas y discurre paralelo a la corriente fluvial que en este punto se halla remansada antes de acometer el escarpado descenso hacia Villanueva.Un tupido bosque de fresnos, tilos y hayas saluda al esforzado caminante que se adentra silencioso en busca de los puentes de madera que cruzan el torrente antes de acometer la postera pendiente que permitirá alcanzar la meta de la ruta, la iglesia de Pedroveya y su tejo centenario.Una vez repuesto del esfuerzo realizado y como premio al mismo, se puede remojar el sediento gaznate a base de sidra del país para despues disfrutar de un salaz menú local a base de fabada, cabrito y arroz con leche en Casa Generosa.Con la tripa llena, el espíritu enfervorecido y una buena disposición, se procede a volver por la misma senda, con la ventaja de que ahora todo es bajada.
El vehículo sigue en el mismo sitio, pero los caminantes han experimentado un cúmulo de sensaciones que nunca podrán olvidar.Es el encanto de la naturaleza en estado puro, virginal.Y la magia.
Saludos.
3 Comments:
Es una sensación única de plenitud.
La naturaleza, colores, olores. Se expande el alma.
Un beso!
Almena:
Nuestras ajetreadas vidas agradecen momentos de serenidad, de calma para recargar las pilas...Por salud mental...
Agur.
¡Cuánto tiempo hace que no visito las Xanas!, quizás algún día vuelva para empeparme de tanta belleza.
Un abrazo
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