CULANTRILLO A RESGUARDO

Las criptógamas constituyen uno de los dos troncos principales en los que se clasifica científicamente el mundo vegetal, concretamente agrupa en su seno todos aquellos géneros de especies vegetales que desarrollan métodos reproductivos asexuados, por medio de esporas.
Hongos, musgos, algas, líquenes y helechos forman parte del citado taxón.

El culantrillo de pozo, botánicamente conocido con el nombre de adiantum capillus, pertenece al extenso género de los helechos, ejemplares que en remotas eras geológicas dominaron el suelo terráqueo hasta el advenimiento de las plantas con flores.Suele habitar umbrosas oquedades en ambientes preferentemente húmedos, como fuentes, corrientes de agua, pozos.Es reseñable el marcado contraste entre el brillante negro de los peciolos y el verde claro de las frondes que le proporciona una elegante vistosidad.

Suele aparecer conmúnmente agarrado a paredes calcáreas rezumantes de agua de escorrentía formando espesas cortinas acuosas que regalan la vista.La farmacopea popular aconseja la ingestión de la tisana de frondes de culantrillo para aliviar los síntomas derivados de afecciones respiratorias.Más allá de sus propiedades medicinales reconocidas, este frágil helecho es un indicador de la salud de su entorno natural, donde crece el culantrillo, el sagrado agua está presente y el agua es la vida.

En los lejanos tiempos de mi tierna adolescencia, solía acudir, sobre todo durante los achicharrantes meses estivales, con una cierta periodicidad a un lugar sombrío, fresco, resguardado, secreto, a orillas del susurrante río que bordea mi pueblo.Y, por fortuna, el culantrillo nunca faltaba a la cita.Hace demasiado tiempo que falto a la cita, pero espero que nuestro vivaz culantrillo siga aguardando mi llegada.Sería una buena señal.

Saludos.