FJL O LA ELEGANCIA DE LA DIATRIBA

Está claro que este conocido conductor radiofónico, escritor, periodista, tertuliano y aquello que cada uno juzgue oportuno, no deja a nadie indiferente, cualidad que por sí misma es valorable.

Su extraordinaria agilidad mental le faculta para dominar el arte de la oratoria, en la que se siente como pez en el agua, así como su riqueza léxica y su conocimiento de la lengua le permiten elaborar primorosos juegos de palabras e innumerables figuras literarias, no siempre accesibles al ciudadano medio de este país.

Parece ser que a algunos no les ha sentado nada bien que este individuo les mente día sí y día también en su programa habitual de radio y han acudido a los tribunales de justicia para tratar de acallar su voz y su conciencia.
Están en su derecho, eso está fuera de dudas, pero estimo que en nada contribuyen al respeto a ese sacrosanto derecho a la libertad de expresión que es uno de los pilares fundamentales de un Estado de Derecho.

Ninguna voz debe ser silenciada.

Saludos.