AZAR SOMOS...

Frecuentemente, aparece en conversaciones banales el influjo que el azar llega a desempeñar en nuestras vidas, convirtiendo nuestra efímera existencia terrenal en una concatenación de casualidades que se entrelazan de forma aparentemente inexplicable y que escapan a nuestra comprensión.

Hasta que punto nuestra vida es el resultado de las experiencias vitales consecuencia de decisiones motivadas por el libre albedrío o una sucesión de azares o coincidencias que parecen estar prefijados por el destino, es algo que a medida que mis arrugas se propagan, cada vez percibo más nebulosamente.

Esos nuevos taumaturgos modernos, escondidos detrás de aparatosas denominaciones, afirman sin recato que nuestro destino se halla escrito en las estrellas.
Yo, por si acaso, voy a comenzar a buscar mi estrella.
Ya os avisaré detalladamente, si el destino me dirige por la vereda que conduce al feliz hallazgo.

Saludos.