STUPA

La búsqueda del origen de todas las cosas es una constante en la historia humana, desde que uno de nuestros remotos antepasados empezó a cavilar y a encontrar una explicación para cada uno de los fenómenos que se producían en su entorno.Incipientes mitologías basadas en elementos naturales a los que se confería caracteres trascendentales dieron paso con el transcurso de los evos a las múltiples concepciones teogónicas tanto politeístas como monoteístas con sus complejos y elaborados dogmas y pilares de la fe.

Ya desde los primeros constructores de megalitos, producto de unas primitivas creencias en elementos sobrenaturales de índole estrictamente geofísica, el hombre sintió la necesidad perentoria de mantener un canal de comunicación con los presuntos entes objeto de su adoración.Y desde entonces se han erigido innumerables construcciones para gloria de esos seres deificados y para nuestra ulterior admiración.Santuarios, templos, altares presiden casi todos los cultos que en el mundo son y han sido.

La stupa entra dentro de esta categoría de edificios dedicados a la profesión del culto religioso.Originalmente concebida como un montículo semiesférico de barro o arcilla depositario de reliquias de Buda, actualmente la stupa cumple funciones funerarias y es objeto de veneración por los fieles budistas.Todo el sudeste asiático se halla erizado por stupas que salpican el paisaje urbano de paises como Thailandia, Laos o Myanmar, cuyos perfiles acampanados se pueden divisar por encima de la intrincada maraña que conforma su tejido callejero como guardianes que velan por la salud espiritual de sus habitantes.El chedi Phra Pathom, tal y como se designa en Thailandia, en la urbe de Nakhon Pathom en un ejercicio de suprema esbeltez se encarama hasta una altura de 127 metros.Y en esta faceta nuevamente existe unanimidad a la hora de alcanzar un imposible, la conexión permanente entre cielo y suelo.Nunca alcanzaremos el cielo, del mismo modo que el cielo jamás se derrumbará sobre el suelo.Aunque sea digno de admiración el empeño humano en inmortalizar mediante estas invalorables obras de arte la eterna búsqueda sin respuesta del ser humano.Ponga una stupa en su camino hacia el Altísimo.

Saludos.