KRAKEN

Ya ha mucho tiempo que, para enfrentar un miedo cerval e irracional ante lo desconocido, la mente humana urdió fantásticas fábulas acerca de lugares y seres evocadores de terroríficas sensaciones.Es un hecho que la superstición encuentra fácil acomodo dentro de nuestras circunvoluciones cerebrales y que en algunas épocas de acendrado oscurantismo, como la Edad Media feudal, la superchería adquiría rango de leyenda e invadía todos los órdenes de la bisoña sociedad medieval.

De tal época datan algunas de las más añejas supersticiones que todavía se recuerdan en nuestra órbita europea.Como la referente a la isla de San Borondón, la isla del fin del mundo, donde el océano, infestado por todo tipo de infernales monstruos, se precipita en el insonsable abismo del vacío extraterrestre en estruendosas cascadas.Precisamente, y respecto a esa presunta alucinación colectiva sobre islas que aparecen y desaparecen súbitamente, el mito escandinavo del Kraken abunda en esta temática de aterradoras y destructivas criaturas marinas.

Se denomina Kraken a una errabunda criatura marina de los mares boreales descrita como un pulpo o calamar gigante que abandona su refugio en las profundidades abisales para atenazar y destruir aquellos navíos que se ponen a su alcance.Lo cierto es que existe un cefalópodo, el calamar gigante, que comparte hábitat con el imaginario Kraken y del que se desconoce prácticamente todo, dada la escasez de avistamientos de este tipo de animales.Es posible que exista alguna conexión entre ambos especímenes, diferenciados tan sólo por sus devastadores aciones.Afortunadamente, los descendientes de aquellos temerosos marineros vikingos navegan en barcos más robustos que los frágiles drakkars.Y sobre todo, ya no temen a ningún Kraken de fantasía.

Saludos.