CALÇOTS
A lo largo y ancho de la geografía española se celebran fiestas de carácter marcadamente gastronómico que pretenden dar a conocer y promocionar los exquisitos manjares de cada región o localidad en forma de productos hortofrutícolas, suculentas carnes o deliciosos dulces.Somos un país con una diversidad admirable y como tal, es variadísima la oferta culinaria que se presenta en los escaparates que suponen las jornadas lúdicas que pueblan el calendario hispano.
Cataluña, la feraz autonomía del nordeste ibérico, no desentona del excelente tono general presidido por un amplio muestrario de productos típicos de aquellas tierras más allá del Ebro.No sólo de butifarra, monchetas y alioli viven los catalanes, sino que además son destacables las hortalizas que se cultivan en las vegas de los ríos catalanes.Y dentro del abanico de frutos de la tierra, ha alcanzado una fuerte relevancia una cebolla tierna que en el pueblo de Valls se convierte en la protagonista de la popular fiesta de la Calçotada.
Durante la celebración de tal evento, en las postrimerías del invierno, en el pueblo de Valls se llegan a consumir miles de sabrosos calçots asados a la brasa.Una arraigada costumbre que se repite año tras año y que va adquiriendo trascendencia en el panorama de la gastronomía española.Puede ser una buena ocasión para ejercitar el gaznate y, de paso, desoxidar ese catalán que muchos sólo hablamos en la intimidad.Bon profit.
Cataluña, la feraz autonomía del nordeste ibérico, no desentona del excelente tono general presidido por un amplio muestrario de productos típicos de aquellas tierras más allá del Ebro.No sólo de butifarra, monchetas y alioli viven los catalanes, sino que además son destacables las hortalizas que se cultivan en las vegas de los ríos catalanes.Y dentro del abanico de frutos de la tierra, ha alcanzado una fuerte relevancia una cebolla tierna que en el pueblo de Valls se convierte en la protagonista de la popular fiesta de la Calçotada.
Durante la celebración de tal evento, en las postrimerías del invierno, en el pueblo de Valls se llegan a consumir miles de sabrosos calçots asados a la brasa.Una arraigada costumbre que se repite año tras año y que va adquiriendo trascendencia en el panorama de la gastronomía española.Puede ser una buena ocasión para ejercitar el gaznate y, de paso, desoxidar ese catalán que muchos sólo hablamos en la intimidad.Bon profit.
Etiquetas: Antropología, Arte Cisoria
3 Comments:
pues yo lo he probado y es muy rico, eso si....ponte ropa de faena pues el pringue, quieras o no que te llevas ese día es grande.
Me acabas de recordar a unos buenos amigos de Tarrasa.
Yo tuve el placer de degustar una buena calçotada con su correspondiente salsa romesco hace muy poquito y puedo asegurar que es algo delicioso, a nosotros nos proporcionaron unos baberos y unos guantes de plástico para la pringá.
Saludos
Patri:
Si son amigos y de Terrasasa, buena gente seguro...habrá que calçotear con la ropa de los domingos...
deluxe:
Me apunto a la moda esa del babero...siempre que la caída de la baba lo merezca...
Agur.
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