BODORRIO
Nos hallamos inmersos dentro de la temporada ceremonial que acoge todo tipo de eventos matrimoniales, el aforo de iglesias y juzgados o ayuntamientos suele quedarse corto durante estos acontecimientos y la reserva de fechas debe fijarse con una antelación suficiente para poder elegir el día deseado.
En un país católico como éste, con una gran mayoría de no practicantes del culto, resalta sobremanera la enorme proporción de ceremonias matrimoniales eclesiásticas con respecto a las civiles.Este hecho significativo constituye una hipocresía de facto que rompe con la presunta coherencia de aquellos consortes con profundas y enraizadas convicciones laicas.Parece ser que pesa más en la balanza el conjunto de los condicionantes familiares y toda la parafernalia asociada al fastuoso evento que normalmente reporta interesantes beneficios pecuniarios que toda una trayectoria impecable e intachable respecto a la práctica religiosa.
Vista desde la inocua distancia que brinda el paso del tiempo, permanecen retazos vívidos como el tan inservible como costoso traje de novia, las exultantes fotografías del evento, gratísimos e inolvidables episodios de la luna de miel, el inevitable video como documento gráfico.Todos ellos pueden parecernos importantes, aunque sean nimiedades al lado de aquel o aquella que tuvo la desdicha de colocarnos el anillo a indicaciones del párroco.Se puede pensar que nos habríamos ahorrado un sinfín de quebraderos de cabeza habiendo prescindido de tal acontecimiento, aunque como dicen muchos, hay cosas en la vida que sólo se hacen una vez.Y que mejor que hacerlas bien.Porque, como dijo un fotógrafo profesional, las bodas son en serio.
Espero haber contribuido a solventar esos espantosos dramas acerca de si ponerse medias o pantys, regalar puros o cigarrillos, servir como refrigerio consomé o crema, elegir chaleco o chaqué...Que os sea leve.
Saludos.
En un país católico como éste, con una gran mayoría de no practicantes del culto, resalta sobremanera la enorme proporción de ceremonias matrimoniales eclesiásticas con respecto a las civiles.Este hecho significativo constituye una hipocresía de facto que rompe con la presunta coherencia de aquellos consortes con profundas y enraizadas convicciones laicas.Parece ser que pesa más en la balanza el conjunto de los condicionantes familiares y toda la parafernalia asociada al fastuoso evento que normalmente reporta interesantes beneficios pecuniarios que toda una trayectoria impecable e intachable respecto a la práctica religiosa.
Vista desde la inocua distancia que brinda el paso del tiempo, permanecen retazos vívidos como el tan inservible como costoso traje de novia, las exultantes fotografías del evento, gratísimos e inolvidables episodios de la luna de miel, el inevitable video como documento gráfico.Todos ellos pueden parecernos importantes, aunque sean nimiedades al lado de aquel o aquella que tuvo la desdicha de colocarnos el anillo a indicaciones del párroco.Se puede pensar que nos habríamos ahorrado un sinfín de quebraderos de cabeza habiendo prescindido de tal acontecimiento, aunque como dicen muchos, hay cosas en la vida que sólo se hacen una vez.Y que mejor que hacerlas bien.Porque, como dijo un fotógrafo profesional, las bodas son en serio.
Espero haber contribuido a solventar esos espantosos dramas acerca de si ponerse medias o pantys, regalar puros o cigarrillos, servir como refrigerio consomé o crema, elegir chaleco o chaqué...Que os sea leve.
Saludos.
Etiquetas: Ámbito social, Disección
5 Comments:
Nada, nada, a los inconscientes que siguen montando estas verbenas, lo mejor es jalearlos, y que nos inviten a las copas.
A final de mes, si una sentencia a tiempo no lo remedia, habríanse de celebrar mis TRECE añitos de matrimonio.
Bendita sea la sacrosanta legislación!
Y al que le salga bien que lo disfrute, faltaría más!
Un beso.
Anita:
Claro, previo pago del óbolo voluntario e ineludible...
Precioso número, pardiez, aunque quizás tú no pienses lo mismo...
Bueno, ya sabes, para que salga bien uno más uno son dos...
Agur.
(Nos estamos comentando a la vezzz)
Para que salga bien hay que querer, y trabajárselo, y pencar, y currar y todo eso que tú ya sabes y que debes de estar haciendo bien, y por muchos años.
A mí el TRECE no me espanta. Impar y primo...si algún día juego a la ruleta, apostaré.
Un beso.
el unico matrimonio valido es el civil , y tiene menos importancia que la firma de unaq escritura de hipoteca.........una que es muy prosaica :)
Anita:
Está claro que no basta con buenas intenciones y que debe ser una labor y una meta compartidas y asumidas...
No sólo no me espanta el 13 sino que es de hecho mi número favorito...
Peggy:
Pero tú que prefieres la rúbrica en la hipoteca o en el registro civil???
Agur.
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