CORREDOR DE FONDO

Dentro de la categorización asociada a las pruebas pedestres atléticas, se distinguen tres clases de carreras en función de la distancia recorrida por el atleta que son la velocidad, el medio fondo y el fondo.Que duda cabe de que a medida que aumenta la distancia salvada, disminuye lógicamente la velocidad del deportista.En la carrera corta prima la potencia muscular, la explosividad, el esfuerzo anaerobio mientras que en el fondo es precisa una mayor resistencia al sufrimiento físico aunado con un supremo esfuerzo respiratorio.

En este país de inveteradas tradiciones taurinas y hondas raices ancladas en ese sentimiento trágico de la vida tan ibérico, siempre destacaron los fondistas sobre los velocistas, en un fiel reflejo de la idiosincrasia hispana tan dada al melodrama y al autocompadecimiento.Esa ansiada meta que nunca termina de llegar ha sido un acicate poderoso para toda una generación de atletas españoles, desde el legendario Mariano Haro hasta los Prieto, Fiz, Antón, Martín, González o Rey, algunos de los cuales se hallan por derecho propio dentro del Olimpo de los dioses del fondo mundial.

Si me retrotraigo a mis virginales balbuceos dentro del mundo laboral, llego a la conclusión de que no dejo de constituir otro reseñable ejemplar del corredor de fondo.Empiezas la andadura con la máxima ilusión, pleno de energías positivas, dispuesto a soportar cualquier revés asestado por el destino, ante la agradable perspectiva de una meta que no está cercana ni en el tiempo ni en el espacio, pero cuya esperanzada existencia mantiene encendida la llama que ilumina nuestro sinuoso camino.No importa que pierdas la estela de otros competidores porque parece que la recompensa la logrará áquel que sepa administrar sabiamente sus cada vez más escasas reservas energéticas.

Claro que pasan los años y esa tan idolatrada meta no acaba de aparecer en el horizonte.Y es preciso seguir renovando el aporte energético para poder seguir en la carrera.Una carrera con principio pero sin fin.De momento, se agradecen esas manos tendidas que ofrecen esas vituallas necesarias para poder seguir buscando esa meta.Espero que nunca falten en las cunetas del camino.Sigo buscando mi meta.

Saludos.