FABADA, ASTURIAS EN EL PALADAR

Asturias, paraíso natural, así reza el más conocido de los lemas promocionales del principado de Asturias, y aunque los tópicos nunca suelen hacer honor a sí mismos, siempre hay una excepción para la regla que en este caso hace referencia a ese rincón idílico de las montañas cantábricas y deliciosas playas y acantilados que se asoman al litoral astur.

Asturias seduce al visitante de múltiples formas, desde el encanto pastoril y serrano de sus paisajes montaraces hasta las delicadas siluetas de sus recónditas construcciones prerrománicas pasando por la enorme riqueza del folklore astur en forma de fiestas campestres, espichas o descensos del Sella incluidos.

Pero Asturias sabe positivamente como conquistar al visitante más remiso de forma que no pueda resistirse a sus naturales encantos.Regalar el gaznate para solaz del bon vivant es una fórmula que no falla casi nunca y Asturias dispone de una amplia selección de manjares capaz de satisfacer las preferencias culinarias de cualquiera.

Para hablar con propiedad de Asturias es preciso mentar la sacrosanta fabada, templo de culto del mundo astur, principio y fin de la gastronomía del principado.Degustar un delicioso guiso de fabes oriundas, acompañadas de su correspondiente compango, en un plato humeante que emite un incitante aroma, un brumoso día típicamente asturiano es algo a lo que nadie se puede negar so pena de excomunión.

Se puede intentar emular la elaboración del nutritivo preparado en casa, pero el sabor de la auténtica fabada asturiana es inimitable y siempre nos quedará el amargo regusto de pensar en la tierra de las xanas y los vaqueiros.Ese entorno neblinoso, perenne, arriscado y marinero que conforma un recodo norteño de evocadoras resonancias llamado Asturias.

Asturias, patria querida
Asturias, de mis amores

Si yo estuviera en Asturias...¿Qué se haría de la fabada?

Saludos.