LAGO ATITLÁN

Un afamado novelista anglosajón, Aldous Huxley concretamente, llego a afirmar que el lago Atitlán era el lago más hermoso del mundo conocido, aseveración que, como toda afirmación absoluta, es preciso relativizar, aunque creo que numerosos viajeros corroborarán tal sentencia.

El lago Atitlán se formó como resultado del hundimiento de una caldera volcánica que posibilitó la colmatación por el agua de lluvia de la depresión creada por el cataclismo eruptivo.Por tanto, el lago se encuentra bordeado por altos acantilados rocosos que descienden vertiginosamente hacia la superficie del lago.Es un espectáculo cuasi-celestial.La bajada desde Sololá hasta Panajachel provee sensacionales vistas sobre el panorama del lago y las poblaciones mayas que se distribuyen alrededor de su perímetro.

La vertiente norte del lago está ocupada por cuatro volcanes, Atitlán, Tolimán, San Pedro y el Cerro de Oro, que se yerguen como colosos emergentes en el mar de nubes que frecuentemente envuelve el lago y sus contornos.Rodeando el lago aparecen 12 nucleos de población, esencialmente indígenas tzutuhiles y cakchiqueles de etnia maya, que son herederos directos del legado cultural de sus antepasados mayas, desde sus vestimentas habituales, los huipiles de brillantes colores y geométricas formas, hasta sus reminiscentes creencias prehispánicas fundidas en un sincretismo singular lleno de ricos matices pasando por su proverbial amabilidad, cortesía y generosidad.Conservan su idioma nativo así como su alimentación sigue basada esencialmente en el consumo del maíz, la patata, el fríjol y el plátano.

En el país de la eterna primavera, Guatemala, es extremadamente sencillo sustraerse al deleite contemplativo, el paisaje invita a ello, y el lago Atitlán es un fanal que nunca deja de iluminar, siempre presto a ser admirado.Y a esa atracción natural que desprende el lago, es justo añadir el encanto, el cariño, la proximidad de un pueblo que, por su idiosincrasia particular, eleva la comarca al nivel del paraíso en la Tierra.Paisaje y paisanaje son un conjunto que se complementa y enriquece mutuamente.

Imaginad un bello amanecer en la veranda de un hotel cualquiera frente a un lago que se va desatando remolonamente del cinturón de nubes que lo solaza, compartiendo un nutritivo desayuno de frutas autóctonas...Nostalgia, dulce tesoro...sniff...

Saludos.