CRETA

Refiere la antigua mitología griega el episodio que aconteció con motivo del nacimiento del que sería posteriormente el monarca del Olimpo, el supremo Zeus , que tuvo lugar en la cueva del monte Ida cretense.Parece ser que su celosa madre, la divina Rea, harta de la horrenda afición de su esposo Cronos por engullir a sus vástagos según salían del vientre materno, decidió poner punto final a su filial bulimia y ante el advenimiento de su próximo hijo escapó a la isla de Creta, ocultando a su recién nacido en la protectora cavidad hoy conocida como Ideon Antron.Cuenta la leyenda que, a fin de evitar la nefanda intromisión paterna, unos singulares personajes, los Kourites, no dejaban de golpear unos discos de metal cuyo estruendo incesante permitía camuflar las llantinas del pequeño Zeus.Zeus creció al amparo de sus insignes protectores para un día terminar con el dominio de su supersticioso progenitor, que de paso veía confimados sus temores.

Creta, la isla más grande de Grecia, solar de paso de civilizaciones desde la minoica hasta el imperio otomano, pasando por el clasicismo griego, la Roma imperial o la aristocrática república veneciana, es un crisol inmenso donde se pueden encontrar paradisíacas playas prácticamente desiertas junto a olvidadas ciudades romanas, encastillados monasterios bizantinos o espigados minaretes turcos.Y el monte Ida se erige como una atalaya desde la que, en un pasado remoto, el destino de los hombres estaba en manos de semidioses poseídos por pasiones humanas.

Despues de meses de absentismo blogueril vuelvo a retomar una faena que, ya sea por dejadez, ya sea por desinterés, nunca debí abandonar.Aunque sea justo antes de gozar de un merecido asueto en la isla del laberinto del Minotauro.Procuraré solazarme entre los delfines de Knossos, pasear por el puerto veneciano de Rethymnon y disfrutar de la finísima arena blanca de Elafonissi.Estoy seguro de que gozaré de la contemplación de un genuino crepúsculo oriental, en compañía de mis seres queridos, acodado en la veranda del hotel con una copita de raki en la mano.Al menos, esa es la intención.Y recargar las baterías, que buena falta me hace.

Saludos.